Caracas.- Familiares de los militares que aún se mantienen retenidos en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) se acercaron este 3 de julio hasta su sede en Caracas, para exigir al cuestionado Gobierno venezolano que cese su persecución a quienes piensen distinto.
Una vez que llegó la manifestación y se ubicaron al frente de la Dgcim de Boleíta pidieron al general Hernández Dala, director del organismo, al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, y al cuestionado gobernante Nicolás Maduro que «dejen de apresar a quienes no están de acuerdo con su corriente política».
Los allegados de militares detenidos comentaron a los medios de comunicación, que la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, les había dijo que dejaría a dos delegados para examinar las violaciones a los DDHH, pero hasta los momentos no se ha cumplido.
Denunciaron que pueden visitar a sus familiares una vez a la semana. El tiempo que pueden compartir con los militares es de menos de dos horas.
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Sara de La Sotta, madre del capitán de la Armada, Luis Alberto de la Sotta, dijo que a quienes se encuentran en la Dgcim »les pegan con palos y los encierran en cuartos oscuros». Agregaron que existe hacinamiento, y también un brote reciente de hepatitis.
La Sota indicó que Luis Alberto es hipertenso y que necesita una pastilla diaria para su estabilidad de salud, pero no se les permite que tengan acceso a medicamentos y alimentos enviados por familiares.
Explicó que no maneja información que la madrugada de este 3 de julio se haya dado una situación irregular en la sede militar. La última vez que vio a su hijo fue la semana pasada, días después de la muerte del capitán de corbeta, Rafael Acosta Arévalo, a quien en vida sirvió de instructor en sus años en la Academia.
El capitán de La Sotta fue encerrado por el delito de rebelión militar.
Con información de Daisy Galaviz