Caracas.- La noche del 28 de julio, horas antes de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunciara su primer boletín de resultados sin ningún sustento, el entonces representante de la oposición mayoritaria ante el ente comicial y asesor jurídico de la líder opositora María Corina Machado, Perkins Rocha, dijo en un pronunciamiento que el mejor instrumento de defensa ciudadana de los factores opositores democráticos era la verdad que ya conocían en ese momento por las actas de escrutinio: la derrota electoral del oficialismo.
“La soberanía popular es lo más sagrado que tiene un país. No permitiremos que esto sea vulnerado (…) Es momento de que digamos la verdad, por ella estaremos dispuestos a dar nuestra vidas”, dijo Rocha entonces.
Casi un mes después de aquel pronunciamiento, el 27 de agosto, Rocha pasó a engrosar la lista de presos políticos en Venezuela que, de acuerdo con la ONG Foro Penal, suman 1.867 presos de los cuales 1.723 de esas personas fueron detenidas a partir del 29 de julio.
La esposa de Rocha, María Costanza Cipriani, quien también es abogada y defensora de DD. HH., denuncia en entrevista con El Pitazo que el caso de su esposo es una desaparición forzada tras una acción violenta. A Rocha se lo llevaron arrastrado de un Farmatodo en el este de Caracas funcionarios de uno de los cuerpos de seguridad estatal.
Relatora de la ONU pide la liberación del abogado Perkins Rocha
“Lo presentaron en la noche (el 27 de agosto); aparentemente lo trasladaron al Helicoide. Desde el 29 de agosto en la madrugada, cuando me llegó un mensaje a las 3:00 de la mañana, tiene una defensa pública que no va a hacer nada. Se nos ha negado la posibilidad de que nombre defensa privada; nosotros tenemos nuestro abogado que es el de tantos otros presos políticos, el doctor Omar Mora Tosta. Hemos ido al tribunal a tratar de sustituir la defensa pública por la privada, pero ha sido imposible. Hasta este momento, 30 de septiembre, insisto en que lo de él es una desaparición forzada y mi criterio no va a cambiar hasta que yo lo vea”, explicó Cipriani al director de El Pitazo, César Batiz.
La esposa de Rocha no tiene información de la Fiscalía ni de la Defensoría del Pueblo acerca de la detención de su esposo, solo sabe lo que le dicen quienes custodian en El Helicoide, calificado de centro de torturas por diversas organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales. En ese lugar le dicen que el también exmagistrado “se porta bien, que no da problemas”.
“No sé qué tipo de problema pudiera dar una persona que está privada de libertad, aislado de su familia y sin derecho a un abogado privado. La información que tengo es la que me dan los mismos que se lo llevaron arrastrado de un Farmatodo. Es una información que asumo como inventario para no angustiarme más de lo que ya estoy”, añadió Cipriani.
–¿Cómo interpreta esa frase de que “está bien”?
–¿Que está callado? ¿Que se la pasa leyendo? Leyendo no sé, porque he llevado libros y no se si los tiene, si se los dan. No sé si está ahí (en El Helicoide). De buena fe llevo cosas. Pretenden hacernos creer que existe una suerte de normalidad, que tengo que creerles a ellos que él está bien. Una vez uno me dijo que hasta ven televisión y que están bien y yo dije qué tan bien puede estar alguien privado de libertad. El está aislado ilegalmente de su familia y no le permiten defensa privada. No podemos normalizar y aceptar el hecho de que unas personas nos digan que él está bien. Yo necesito verlo para verificar que él está bien.
–¿Es consciente, como abogada, de que al pelear por los derechos de Perkins Rocha corre el riesgo de también ser detenida?
–Nunca me lo he planteado porque no me he permitido ese escenario. Me cuido mucho. Emito opiniones políticas, ciertamente, trato de hablar del caso de mi esposo que es lo que en este momento mueve todas mis horas, mis minutos, pero nunca me he planteado que me detengan a mí.
No sé por qué cargos pudieran detenerme, aunque tampoco entendí los cargos por los que lo detuvieron. Cuando detienen a alguien, todos somos rehenes de una u otra manera: unos tras las rejas y otros fuera. Si todos los que estamos de rehén, pero en las calles, sentimos que no podemos hacer lo que debemos hacer, estaríamos muy mal como sociedad.
Esposa de Perkins Rocha denuncia que no lo han podido ver tras un mes detenido
Sin garantías del debido proceso
El lunes, la relatora de la ONU sobre la independencia de jueces y abogados, Margaret Satterthwaite, exhortó al gobierno de Maduro a liberar inmediatamente a Rocha, acusado por la Fiscalía de presuntamente terrorismo, traición a la patria, asociación para delinquir, conspiración e incitación al odio.
“Le veo particular importancia porque a veces se confunde el rol de Perkins y siempre hago énfasis en que Perkins, aun cuando es un prisionero político, no está ahí por político porque siempre ejerció como abogado; su principal rol fue como abogado de María Corina, fue asesor legal del comando Con Venezuela y como abogado era testigo ante el CNE. Es importante este apoyo porque resalta el respeto que deben tener los abogados y magistrados que, en definitiva, son los garantes del Estado de Derecho”, refirió Cipriani.
La esposa de Rocha considera que el pronunciamiento de la relatora de la ONU resalta, además, el papel vital de los abogados en la defensa y protección de los DD. HH., así como enfatiza el patrón de violaciones y crímenes recurrentes del Estado venezolano en los últimos años.
“Sin abogados quién defiende al ciudadano. Expresa su preocupación acerca de que Perkins haya podido ser sometido a tortura y tratos crueles e inhumanos (…) No hay garantía del debido proceso en el caso de Perkins ni en los de los 1.800 detenidos poselecciones. No es un problema nuevo, lo que pasa es que la frecuencia de estos dos últimos meses ha disparado las alarmas de todo el sistema internacional de derechos humanos”, agregó Cipriani.
–¿Considera usted, partiendo de lo que dice la relatora, que en Venezuela ser abogado es una profesión de alto riesgo?
–Absolutamente. Como la de periodista. Creo que son dos profesiones que están siendo muy complicadas de ejercer. Los abogados pensamos como abogados y en que se aplique la ley y es muy frustrante que lo que se haga no vaya a prosperar. Son dos profesiones de alto riesgo.
–¿Qué mensaje da usted a las mujeres venezolanas que tienen a sus hijas, hijos o esposos detenidos en este momento?
–Creo que son procesos que cada familia vive de maner distinta y últimamente lo que pienso es que no necesitamos exponernos para seguir en la defensa de nuestros seres queridos injustamente detenidos; que hay que cuidar nuestra salud mental, que eso nos permite estar fuerte, porque en definitiva esto es una carrera con fecha cierta cuando arrancó, pero no sabemos cuándo puede terminar.
Solo puedo hablar desde mi experiencia. Cuido mi salud mental, denuncio siempre que puedo y agradezco a los medios que nos dan espacio para expresarnos, y me mantengo firme junto a mi familia, tenemos un soporte fuerte de amigos. Eso es importante para todos los que estamos en esta circunstancia. Hay que tener esperanza, fe, pero también hay que hacer cosas para que esa fe y esa esperanza se materialicen en acciones y resultados concretos.
–¿Qué cosas se pueden hacer?
–Mantener la denuncia. Estamos en un momento de pequeñas y seguras acciones: cualquier escenario donde usted pueda decir con relativa seguridad que hay problemas en la administración de justicia. Hay que sensibilizar a la gente sobre el tema de los prisioneros políticos. Insisto, ellos están tras las rejas, pero todos somos rehenes.
No hay espacio pequeño para sensibilizar sobre este tema y en la medida en que somos capaces de conectar redes, de hacer redes, que permitan no solo visibilizar la tragedia de los detenidos y sus familiares, sino de hacer una red de soporte para ellos y su familia, el problema es más general y nos sentimos menos solos.
Uno siente que al pasar de los días nos vamos quedando solos y la verdad es que lo peor que le puede pasar a alguien que está detenido, clandestino, que está asilado en una embajada es que lo olvidemos, que su voz y su tragedia dejen de ser escuchadas. Tenemos que hacer que esa voz siga retumbando en los corazones de los venezolanos de bien.
–Si tuviera la oportunidad de hablar con Nicolás Maduro, ¿qué le diría?
–Lo que yo le diría a Nicolás Maduro se lo dijeron 7.300.000 venezolanos el 28 de julio. Creo que no hace falta decirle nada más.