Las diferencias políticas entre el alcalde de Mario Briceño Iragorry, Delson Guarate, y el gobernador de Aragua, Tareck El Aissami, tienen como consecuencia que no haya recolección de desechos, lo que provoca la acumulación de basura en las calles del municipio.
El lío entre Guarate y El Aissami lo pagan los vecinos rodeados de basura
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