Caracas.- Tres meses antes de la crucial elección presidencial del 28 de julio, el nombre de Edmundo González Urrutia apenas era asociado a una candidatura “tapa”. Las expectativas en el país se centraban en quién sería la persona que representaría a la líder opositora, María Corina Machado, y recogiera la preferencia de 80 % de la población que aspiraba a un cambio político.
Fue el 19 de abril, en medio de los obstáculos y artimañas del oficialismo para impedir que la oposición mayoritaria contara con una candidatura que pusiera en peligro su principal objetivo, mantenerse en el poder por seis años más, cuando González Urrutia pasó de ser un hombre con una vida de relativa tranquilidad a sus 74 años, 2 hijas en 50 años de matrimonio y 4 nietos, a convertirse en el outsider dentro de la oposición que, en dupla con Machado, selló la derrota electoral del chavismo.
“No lo busqué, no estaba entre mis planes”, repitió González Urrutia en entrevistas con medios nacionales e internacionales previas a la elección presidencial y antes de coprotagonizar junto con Machado la atípica campaña electoral de 22 días que lo llevó a recorrer el país.
“Fue una decisión que tomamos en familia porque era importante. Después de una discusión interna en casa llegamos a la conclusión de que esa era la cuota de servicio al país”, contó González Urrutia en entrevista con El Pitazo, el 22 de mayo, al referirse a su decisión de aceptar ser el candidato presidencial unitario de la oposición mayoritaria.
Tampoco estaba entre los planes de González Urrutia convertirse en la figura opositora más importante, junto con Machado, tras la elección presidencial del 28 de julio y contar con el reconocimiento como el legítimo ganador y presidente electo, según lo reflejan las actas de escrutinio que los testigos electorales opositores lograron recolectar y que luego la oposición mayoritaria digitalizó y publicó como prueba de lo sucedido.
Diosdado Cabello sostiene que España iba a usar mercenarios en operación contra Venezuela
La líder opositora sostiene que su decisión es mantenerse en Venezuela para acompañar la lucha | Foto: EFE
Entre Caracas y Madrid
González Urrutia llegó a España la tarde del 8 de septiembre. Aterrizó cerca de Madrid, en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, a bordo de un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas que salió de Caracas la noche anterior y que hizo escala en República Dominicana.
“Mi salida de Caracas estuvo rodeada de episodios de presiones, coacciones y amenazas de no permitir mi salida”, dijo González Urrutia en un audio de 47 segundos que difundió como su primera declaración el mismo día que llegó a España.
La presencia de González Urrutia en suelo español no es la de un simple opositor venezolano, pues el excandidato presidencial llegó a ese país como ningún otro lo ha hecho en los últimos años: con el respaldo de una votación que contrasta con los irregulares anuncios del CNE y que refleja su victoria en la elección presidencial del 28 de julio.
“Lo que pasa en Venezuela, una represión brutal contra los líderes democráticos, es muy similar a lo que hizo Fidel en Cuba entre octubre de 1959 y mayo de 1960: su escenario de radicalización”, expresó en la red social X el escritor, investigador y politólogo venezolano Javier Corrales.
La noche previa a la llegada de González Urrutia a España, la vicepresidenta del gobierno de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, fue la encargada de anunciar la salida del país del excandidato presidencial opositor.
Rodríguez, quien integra el círculo de poder de la coalición del Gobierno oficialista, dijo en un breve mensaje en redes sociales que “en aras de la tranquilidad y la paz política del país”, la administración de Maduro le había concedido un salvoconducto a González Urrutia para que tramitara una solicitud de asilo político en España.
Maduro dijo dos días después que respetaba la decisión del embajador González Urrutia. Así lo llamó y evitó referirse a él como el “inmundo”, el “criminal” o el “fascista”. “Yo he conducido este proceso personalmente (…) Yo le puedo decir al embajador González Urrutia que he estado atento y espero que le vaya bien en su nueva vida”, dijo Maduro en su programa semanal.
En una operación diplomática, antes de su salida del país y en medio de la persecución política que desató el oficialismo, incluida una orden de captura en su contra, González Urrutia estuvo refugiado en la Embajada de Países Bajos en Caracas y luego en la sede diplomática de España.
Esta semana, Machado dijo que, en su momento, se conocerán todos los detalles sobre la salida de González Urrutia de Venezuela en un contexto de persecución política sin precedentes. “Nadie hoy tiene detalles precisos de la complejidad del proceso que trasciende a actores locales”, dijo Machado en evento virtual.
En menos de cinco días luego de su llegada a España, González Urrutia logró reunirse con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y previamente el Congreso español votó para su reconocimiento como presidente electo, una acción no vinculante para el Gobierno de España.
El mandatario español recibió a González Urrutia en La Moncloa, la sede del Gobierno | Foto: EFE
En la década de los setenta, durante el gobierno del expresidente Carlos Andrés Pérez, el propio González Urrutia protagonizó una operación diplomática que también lo llevó a España, pues fue una de las personas responsables del regreso del hoy expresidente español Felipe González en el inicio del proceso de transición política en España. “Llevé a Felipe de regreso a su país”, contó el propio González Urrutia, citado en un artículo de El País publicado el 29 de julio.
Esta semana, el viernes, casi 50 años después de ese viaje que ambos recuerdan, González Urrutia y el expresidente español se reencontraron en Madrid. González se reunió con el excandidato presidencial opositor con una certeza que no escondió: lo reconoció como presidente electo.
González Urrutia también se reunió con el expresidente español Mariano Rajoy, quien fue figura del Partido Popular español. “Ha sido un honor recibir al presidente electo de Venezuela”, comentó Rajoy en una publicación en sus redes sociales.
“Hay mucho de emblemático en las reuniones, y me parece que si hay algo que va a potenciar el exilio de González Urrutia es la comunicación política internacional, es la forma de mantener vivo el interés de la comunidad internacional por la situación que viven los venezolanos”, comentó en un foro virtual el politólogo y subdirector del Centro Gumilla, Piero Trepiccione.
A los nombres de los expresidentes españoles que figuran en los últimos días por el exilio de González Urrutia hay que añadir otro, el de José Luis Rodríguez Zapatero, una figura cercana a la cúpula del oficialismo venezolano y quien, de acuerdo con información de El País, estuvo involucrado en la negociación sobre la salida de González Urrutia de Venezuela.
Según el diario español, mientras González Urrutia se encontraba en la Embajada de España, el oficialismo —ya al tanto de que estaba ahí— le exigió reconocer la decisión de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que convalidó los irregulares resultados anunciados por el CNE. González Urrutia se negó y exigió la liberación de los presos políticos.
El exmandatario español Mariano Rajoy en su encuentro con González Urrutia | Foto: EFE
González Urrutia y la política exterior
“Demócrata, defensor de los derechos humanos y defensor de las libertades”, así se definió González Urrutia en una entrevista tras conocerse que sería el candidato presidencial unitario opositor.
González Urrutia, nacido en La Victoria (estado Aragua) el 29 de agosto de 1949, se graduó en Estudios Internacionales en la Universidad Central de Venezuela (UCV), en 1970. En 1978 inició su carrera diplomática como primer secretario de la Embajada de Venezuela en EE. UU. Ese sería el punto de partida de una carrera de 30 años de servicio como funcionario del Estado, como él mismo destaca al referirse a su trayectoria como diplomático.
Edmundo González Urrutia se desempeñó como primer secretario de la Embajada de Venezuela en El Salvador en 1981, cuando en ese país el contexto era el de una guerra civil. 10 años más tarde, en 1991, fue embajador en Argelia, otra nación que en ese momento estaba en medio de un conflicto armado.
“Son situaciones que te enseñan a vivir en condiciones de riesgo, de peligro, donde la inseguridad personal es evidente. Son situaciones que te ayudan a desenvolverte, a funcionar, en un entorno que es complicado y difícil”, dijo González Urrutia en una entrevista con AP en mayo.
43 años después de su experiencia en los contextos conflictivos salvadoreño y argelino, a González Urrutia le tocó vivir en Venezuela situaciones de riesgo, de peligro y de notoria inseguridad personal por las acciones del oficialismo en sus intentos de mantener el poder.
González Urrutia fue director del Comité de Coordinación y Planificación Estratégica del Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1994 fue director de Política Internacional del mismo despacho. En 1999 fue embajador en Argentina.
Entre 2013 y 2015, fue el representante internacional de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que, constituida en partido político, presidió posteriormente.
En su camino como candidato presidencial, González Urrutia destacó que la política exterior es un elemento fundamental en la búsqueda de apoyo y respaldo para la causa democrática y el inicio de una transición política en Venezuela.
Ahora en el exilio, González Urrutia será un actor fundamental, y así lo ven en la oposición mayoritaria, mientras María Corina Machado sostiene que, pese a la nueva circunstancia, la urgencia política en Venezuela se mantiene: hacer respetar la voluntad popular que se expresó el 28 de julio y que el oficialismo no reconoce.
“Los problemas que va a encarar en lo sucesivo la oposición son de adecuación estratégica: obvio que tiene que haber un replanteamiento estratégico. Hay que preguntarse a partir de ahora cuáles son los instrumentos y medios disponibles para el alcance de las metas y objetivos que se plantean. Ese es el punto de fondo”, destacó el politólogo John Magdaleno en una entrevista concedida al periodista Vladimir Villegas.
Machado, quien el sábado 14 convocó a una movilización global el próximo 28 de septiembre, cuando se cumplen dos meses de la elección, destacó esta semana que el exilio de González Urrutia aumenta la urgencia de su reconocimiento internacional como presidente electo.
En ese contexto, esta semana un grupo de 49 países más la Unión Europea (27 Estados) firmaron una declaración conjunta, en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la que piden restablecer las normas democráticas en Venezuela.
La Unión Europea sostiene que no reconoce la legitimidad del gobierno de Maduro, pues hasta ahora, más allá de los anuncios del CNE, sin auditorías ni publicación detallada por mesa electoral, no hay evidencia de la victoria de Maduro, que él asegura sin ningún tipo de prueba.
“No lo consideramos una persona que pueda reclamar legitimidad democrática del poder que ostenta”, dijo en una rueda de prensa el viernes 14 en Madrid el alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell.
El oficialismo se atrinchera frente a la presión interna y externa, y luego de la decisión sometida a votación en el Congreso español sobre el reconocimiento de González Urrutia como presidente electo, el titular de la Asamblea Nacional oficialista y figura clave que involucre cualquier negociación con el gobierno de Maduro, Jorge Rodríguez, pidió romper relaciones diplomáticas, consulares y comerciales con España.
“Estamos dispuestos a todo”, dijo Rodríguez en la sesión extraordinaria del Parlamento oficialista, durante la cual pidió romper todas las relaciones con España por considerar la acción del Congreso de ese país como una declaración de guerra.
María Corina Machado es consciente, porque así ya lo ha manifestado, de que la oposición mayoritaria transita una nueva fase de lucha luego de lo sucedido el 28 de julio. La crisis de legitimidad de Maduro, una realidad que será muy difícil de eludir para el oficialismo, pone en el horizonte el 10 de enero, día para el que está prevista la toma de posesión, como fecha que genera expectativas e incertidumbre.
“La transición a la democracia como escenario sigue abierto. Veremos qué ocurre en estos cuatro meses que restan de aquí al 10 de enero”, agregó el politólogo Magdaleno.
En entrevista con El Pitazo, el periodista español, jefe de la Corresponsalía para la Región Andina del diario El País, Juan Diego Quesada, destacó que, de acuerdo con fuentes del oficialismo, hay una grieta en el entorno de Maduro por lo sucedido el 28 de julio.
Mientras tanto, en su exilio, González Urrutia sostiene que la lucha que conduce con Machado es hasta el final, “cuando todas nuestras familias puedan reunirse en suelo venezolano”, destacó en un comunicado. “Mi compromiso con el mandato que he recibido de parte del pueblo soberano de Venezuela es irrenunciable”, añadió.
El hombre que selló la crucial y amplia derrota electoral del chavismo, según las actas de escrutinio de la elección del 28 de julio que la oposición mayoritaria recolectó, espera retornar a una Venezuela en la que, como la España de mediados de los setenta que vio, la transición política sea un hecho.