Madrid.- Opositores venezolanos mostraron este jueves 12 de diciembre en Madrid (España), las evidencias fotográficas y audiovisuales presentadas a la Corte Penal Internacional (CPI), que prueban, según denunciaron, que el expiloto del Cicpc Óscar Pérez y seis miembros de su grupo, rebelados contra Nicolás Maduro, fueron asesinados.
Pérez y su grupo murieron en la «masacre de El Junquito«, llamada así por la oposición, ejecutada el 15 de enero de 2018 por funcionarios policiales del Estado venezolano.
El material gráfico y varios informes fueron entregados el lunes 9 de diciembre a la CPI, en La Haya, y el martes 10 de diciembre al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, según explicaron en rueda de prensa en Madrid los diputados exiliados Wilmer Azuaje, expreso político, y Franco Casella.
«Le pido a la fiscal de La Haya que voltee los ojos hacia Venezuela, vamos a confiar en ella», exclamó Azuaje.
En un vídeo proyectado por los parlamentarios, Pérez dice a cámara durante la intervención policial: «Nos están disparando, nos vamos a entregar». También mostraron imágenes de cadáveres con varios disparos.
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Las fotografías fueron tomadas y entregadas al diputado Azuaje, por un excompañero de Óscar Pérez que se identifica como «Cortés», quien está dispuesto a declarar como testigo del suceso.
Casella, que evocó las imágenes del holocausto judío para no olvidar ni repetir «atrocidades», argumentó que Pérez y sus compañeros estaban entrenados para usar armas legalmente, pero decidieron «no hacerlo» a pesar de que su vida corría peligro, como «la mayor muestra de no violencia y de convivencia».
«Aquí enseñamos hechos de sangre no es cuestión de derecha o izquierda, sino de derechos humanos», pues «habiéndose rendido fueron acribillados» por una «dictadura», argumentó Casella. Agregó que hubo «tiros de gracia». »Sus subfusiles no fueron disparados, sino que las fuerzas policiales asesinaron a dos paramilitares («funcionarios» según el cuestionado Gobierno), para tratar de criminalizarlos», explicó sobre cómo se desarrolló el enfrentamiento en El Junquito.
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Azuaje aseguró que les dieron tiros «a quemarropa» y los impactos, según relató el diputado, demuestran que tenían una actitud «defensiva», es decir, que trataban de protegerse con brazos y manos. Asimismo, tanto Wilmer Azuaje como Franco Casella, reiteraron que »se manipularon pruebas y cadáveres» en el inmueble donde ocurrieron los hechos.
Wilmer Azuaje pidió que el mundo preste atención a Venezuela y que los Gobiernos »empujen duro» y actúen contra «una organización criminal enquistada en Venezuela», en alusión al gabinete de Maduro. «Si el mundo no presta atención, estamos condenados a morir todos», manifestó.
Luis Armando Pérez, hermano de Óscar, hizo un «llamado al mundo» para que tome conciencia de que »esos criminales (Maduro y su equipo) se están expandiendo en América y Europa, un virus que está asesinando a los venezolanos y hay que detener».