“No más vidas perdidas, no más heridas en el corazón”, gritaba Adelis Muñoz, al acompañar la protesta que promovieron organizaciones de la sociedad civil la mañana de este viernes, 21 de junio, en la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), a propósito de la visita de la alta comisionada para los derechos humanos, Michelle Bachelet.
Con banderas de Venezuela, imágenes religiosas y exigencias a los políticos, los ciudadanos se reunieron desde las 10:00 a.m. para tratar de “llevarle una imagen real de Venezuela” a Bachelet, quien sostenía un encuentro con el presidente de la Asamblea Nacional y jefe encargado de la República, Juan Guaidó, en el Palacio Federal Legislativo.
“Venezuela exige derechos humanos”, era la principal consigna de al menos 40 organizaciones civiles, a la que se unieron los trabajadores de la prensa como El Pitazo, medio digital que sufre su cuarto bloqueo desde hace dos años por orden de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).
A un lado de las escaleras de la Torre Parque Ávila, sede del Pnud, aguardaba Rafael Araujo con su papagayo: “Bachelet, aquí todos somos presos políticos”.

La falta de gas doméstico, el racionamiento eléctrico, las ejecuciones extrajudiciales, el alto costo de la vida y la persecución eran tan solo algunos de los motivos por los cuales los ciudadanos calificaban a Nicolás Maduro de dictador y lo comparaban con Augusto Pinochet.
Así lo certificaba Wilfredo Dávila, un residente del 23 de Enero, quien reconoció que no tenía muchas expectativas sobre la visita de Bachelet a Venezuela, pero sentía que era su deber protestar y “pelear por sus derechos”.
“Yo quiero que ella vea que hay que hacer cola para todo, hasta para comprar pan. La crisis no es por el bloqueo de las cuentas, tiene siete años”, manifestó mientras sostenía un cartel que aseguraba que el único derecho garantizado en Venezuela era morir de mengua.
Mientras que la organización Laboratorio Ciudadano intentaba organizar un acto simbólico para protestar la muerte de los niños por desnutrición, falta de medicamentos o la vulneración de sus derechos, llegó la esposa de Guaidó, Fabiana Rosales, quien destacó que el testimonio de las víctimas de las violaciones de los derechos humanos conmovió a Bachelet.
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Al término de su discurso, los organizadores del acto rechazaron la “interrupción abrupta” de una actividad que se caracterizaba por ser pacífica. En ese instante, al menos 15 coches de bebés fueron alzados, mientras relataban que el año pasado se registraron 1.484 homicidios de niños y al menos 118.000 menores de edad emigraron entre abril y junio.

Qué le dijeron a Bachelet
En la tarde del jueves, 20 de junio, la Alta Comisionada se reunió con víctimas de la represión, familiares de presos políticos y organizaciones defensoras de derechos humanos.
Huniades Urbina, presidente de la Sociedad de Pediatría, señaló que informaron sobre el aumento de la mortalidad infantil y materna. “Bachelet nos dijo que abogará para que se conozca el desastre que hay en la salud en Venezuela y dará al Estado venezolano algunas recomendaciones. Además reconoció implícitamente que se han dado torturas”, aseguró.
De igual forma, la nutricionista y activista Susana Raffalli, destacó que 12 de cada 100 niños están en riesgo de morir, lo que se traduce en 150.000 niños, y siete de cada 10 tienen trastornos alimenticios.
Rafael Uzcategui, de Provea, celebró la instalación de un equipo del Alto Comisionado por seis meses, para que se documente y verifique la situación de los derechos humanos.






