Caracas.- El dirigente político de Primero Justicia, Julio Borges, responsabilizó al gobernante Nicolás Maduro de convertir a Venezuela en una franquicia del crimen organizado. Los señalamientos los hizo el opositor en el artículo de opinión que publica todos los domingos en el diario colombiano El Espectador.
Borges denunció que la economía negra en Venezuela representa el 22% del PIB y aseguró que una nueva clase económica y grupos armados son los que actualmente están ejerciendo su control.
“De acuerdo con la firma Ecoanalítica, una de las consultoras en materia macroeconómica más prestigiosas de Venezuela, el 22% del Producto Interno Bruto (PIB) venezolano depende de la economía negra. Es decir, de cada 10 millones de dólares que produce nuestra económica, 2 provienen de rentas ilegales que emanan de actividades como el narcotráfico, el contrabando de minerales, la trata de personas, el lavado de activos y la corrupción”, sentenció.
El dirigente político aseguró que se ha conformado una nueva clase económica conectada a la corrupción de Maduro, que es parte de esta economía negra. “Pseudo-empresarios han conformado, a punta de corrupción y lavado de dinero, una burbuja en un pequeño sector de la capital”. También se refirió al narcotráfico y al contrabando de minerales que desarrollan grupos irregulares.
“Hablo de grupos como los exFarc, el ELN y el mismo Hezbollah, que han utilizado a Venezuela no solo como refugio para planificar operaciones de desestabilización de la región, sino también centro de enriquecimiento. Estas organizaciones criminales hacen las veces de Estado en muchas regiones de Venezuela, sometiendo a la población a través de la violencia, controlando pasos fronterizos y cobrando vacunas a todos los microempresarios”, destacó.
Borges alertó que todo esto ocurre en medio de la complicidad de las instituciones venezolanas y que los grupos criminales no encuentran resistencia, porque la justicia en Venezuela está desmantelada.
“Existe todo un andamiaje institucional y político que se encuentra postrado a estas actividades ilegales, que no encuentran resistencia por el desmantelamiento de la justicia”. Por último, resaltó que el problema del crimen organizado en Venezuela es distinto al de la región. «En la mayoría de los países, la institucionalidad lucha contra este fenómeno del crimen organizado, en Venezuela las instituciones lo protegen y más que lo protegen, lo fomentan».