Caracas.- El conflicto político en Venezuela escaló después del 5 de enero. La imposición de una Junta Directiva ilegal en la Asamblea Nacional (AN) y la toma por la fuerza de su sede se presentaron como las primeras maniobras del gobierno de Nicolás Maduro por despojar al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, de su liderazgo ante la comunidad internacional.
Para el politólogo y director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Benigno Alarcón, la elección irregular del diputado Luis Parra en la presidencia del ente legislativo, con el apoyo de otros legisladores del chavismo y opositores disidentes, «no tiene sentido político». A su juicio, Maduro rompió el estancamiento de la crisis con la que finalizó el 2019, que parecía favorecerle, para aventajar a la oposición.
Ahora, con unos inminentes comicios legislativos para finales de 2020, Alarcón considera que la oposición debería girar hacia una estrategia que aproveche esta convocatoria, en lugar de profundizar la división de su dirigencia, a la que aspira el chavismo. “El mayor desafío de la oposición este año es resolver el dilema de participar o no en las elecciones”, dijo el profesor universitario durante un foro realizado en la Parroquia Universitaria de la UCV, organizado por Crónica Uno.
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Nicmer Evans, líder del Movimiento Democracia e Inclusión (MDI), opinó que luego del asalto del Palacio Federal Legislativo, el sector que encabeza Juan Guaidó no puede “quedarse viendo el muerto”, por lo que urgió a diversificar la actual agenda política: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones. «Es claro que no le ha podido dar respuestas a la crisis del país”, remarcó.
Alarcón y Evans coinciden en que las elecciones parlamentarias pueden ser un espacio para incentivar la participación ciudadana e incrementar la presión interna sobre el gobierno. Pero antes, prosigue Evans, debe darse un “paso previo” que involucra disputar la defensa del derecho al voto con las mejores condiciones posibles.
«Esta disputa debe estar en el marco de la estrategia de la presión política. Debe ser para exigir las condiciones máximas, que en el proceso se consigan las mínimas es otra cosa», explicó.
Otro objetivo sería, según Evans, acelerar el nombramiento de nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) para optimizar las condiciones del proceso.
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El 5-E aleja la solución a la crisis
El abogado y exsecretario Ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, dijo, por su parte, que los hechos del 5 de enero incrementaron las dificultades para concretar una solución a la crisis venezolana. Pero mantener «viva» a la Asamblea Nacional, a juicio de Aveledo, puede ser un buen motivo para organizar a los venezolanos de cara a unas elecciones.
“No llamo a politizar la protesta, por el contrario, (pido) socializar la política”, indicó.
Las acciones deben estar alineadas a una estrategia unificada para surtir efecto. Aveledo asegura que únicas protestas que pueden arrinconar al gobierno de Maduro son las que se masifican entre los ciudadanos.
En su intervención, Alarcón insistió que las próximas elecciones, con condiciones transparentes o no, no pueden analizarse como un hecho aislado, pues implica movilizar a millones de personas, bajo dinámicas variadas. El profesor universitario destacó que los comicios cumplen roles importantes en procesos de transición política. En algunos casos son la conclusión de una negociación, y en otros, disparadores del proceso.
“Si el proceso del cambio político se viera como un ajedrez, entonces la reina posiblemente son las elecciones. No puedo entregar a la reina antes de jugar”, reflexionó. Explicó que, en todos los casos de países con regímenes dictatoriales y totalitarios, las fuerzas democráticas buscan espacios de participación. “Se trata de mover la mesa que sostiene al gobierno”, indicó.
Para ello, resulta indispensable rescatar el protagonismo ciudadano. Así lo aseveró el exsecretario de la MUD, quien destacó que es responsabilidad de los líderes políticos reconducir este factor. Destacó que, por lo general, las naciones logran condiciones aceptables para las elecciones a través de procesos de diálogo y negociación, pero parece que esa posibilidad en Venezuela “está más difícil de conseguir”.
«A la sociedad le corresponde ejercer todas las presiones para obligar a los liderazgos de gobierno y oposición a cumplir sus deberes», puntualizó.
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