Este sábado, 23 de abril, se llevó a cabo el Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) donde se esperaba la elección de una nueva directiva.
Sin embargo, no hubo tal renovación. Nicolás Maduro fue ratificado como presidente del partido, práctica que ejecuta la organización desde el gobierno de Hugo Chávez.
Y como presidente del partido, Maduro “propuso” la ratificación de Diosdado Cabello como primer vicepresidente del Psuv, un cargo que ejerce desde 2012.
En la dirección nacional del partido tampoco hubo sorpresas. De los 39 nombres que mencionó Maduro, 28 repiten en sus cargos dentro de esta instancia. Y los nuevos nombres son figuras ya conocidas como Nicolás Maduro Guerra, hijo de Maduro; Jorge Arreaza, actual ministro de Comunas; José Terán, gobernador de La Guaira;Jaqueline Farías, Rander Peña, viceministro para América Latina; Nahum Fernández, jefe del gobierno de Distrito Capital y los diputados electos en 2020: Iris Varela, Gabriela Peña, Ricardo Molina, Alexis Rodríguez Cabello y Antonio Galíndez.
Para el analista político, Piero Trepiccione, esta movida y ratificación de nombres refleja la verticalidad del partido, cuyo liderazgo lo viene ejerciendo desde hace años, el presidente de la República.
“En esa estructura de verticalidad hay una única referencia. La configuración de la directiva obedece a criterios internos o al peso de estos liderazgos internos”, señala el analista para quien los cambios, “no tienen impacto político significativo”, al menos en corto plazo.
Trepiccione agregó que la ratificación de Cabello significa que se mantiene la misma línea de acción del partido.
Tampoco fue sorpresivo para él la salida de Elias Jaua de la dirección del partido pues recuerda que es público y notorio las diferencias entre el dirigente y las principales autoridades del gobierno.
“Tal diferencia se ha reflejado en la pérdida de protagonismo, primero en el gobierno y luego, en el partido, al cuestionar las políticas públicas e ideológicas. Era crónica de una acción anunciada”, dijo Trepiccione agregando que ya la influencia de Jaua era de poca incidencia.
Para él, aunque hay diferencias en la coalición gobernante, “el esquema de verticalidad hace muy difícil que puedan reflejarse”.