Caracas.- Esta noche, en México, el gobierno de Maduro y la oposición venezolana que representa Juan Guaidó comienzan otra ronda de diálogos con miras a buscar salidas a la crisis política que afecta a Venezuela, y que impacta en la economía del país, con tres años consecutivos en hiperinflación.
Los tres intentos anteriores fracasaron: los sostenidos en Caracas con mediación de El Vaticano; los de Santo Domingo con apoyo de Chile, México y República Dominicana; y los de Oslo y Barbados, mediados por Noruega.
En esta oportunidad, una vez más con el apoyo de Noruega, ambos llegan a Ciudad de México con objetivos asimétricos: el gobierno de Maduro busca que se levanten las sanciones impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá; la oposición espera que se adelanten las elecciones presidenciales, previstas para 2024.
En este escenario, Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), destaca que es poco lo que se puede esperar. “El gobierno controla instituciones, controla territorio, controla el poder y la oposición lo que quiere es competir electoralmente para desplazarlo del poder”, advierte al diario Voz de América.
En este sentido, agregó que si el retiro de sanciones conlleva a otorgar espacios que pongan en peligro su control, el gobierno “prefiere quedarse con las sanciones y con el poder”, aunque no descarta que ante ciertas condiciones negociaría.
Además, Alarcón ve poco probable que el oficialismo acceda a establecer una fecha para las presidenciales antes de 2024.
Por otra parte, una encuesta del centro que dirige Alarcón reveló que 32% de la población confía en que el diálogo ofrezca un cambio.
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