Por: Pedro Reyes
Caracas.- Para caminar por La Figueroa, en el barrio El Carpintero de Petare, hay que soportar el mal olor y las alimañas de un gran basurero que se ha apoderado de la calle principal. Desde hace algunos años, el servicio de recolección de desechos ha empeorado, lo que afecta a los vecinos y pone en riesgo su salud y tranquilidad.
José Palacios, líder vecinal y expresidente del Instituto Municipal Autónomo de Protección y Saneamiento Ambiental de Sucre (Imapsas), comenta que el problema con la basura es de larga data.
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«Anteriormente existían puntos de recolección de basura en todo el barrio, como también en todas las zonas que conforman la parroquia Petare. Además, pasaba el camión a diario, por lo que la basura no se acumulaba», comentó José Palacios.
Una realidad que cambiaría cuando el servicio de recolección comenzó a mermar. «Los contenedores fueron deteriorándose y la alcaldía nunca se preocupó por reponerlos. Cuando desaparecieron, la basura siguió llegando a esos puntos, pasando días a la intemperie porque tampoco pasaba el camión», agregó Palacios.
Mencionó que eso llevó a toda la comunidad a organizarse y eliminar esas zonas para centralizar todo en un lugar, que además fuese más accesible para su recolección y traslado.
Sin embargo, la solución jugó en contra de algunos vecinos, quienes han tenido que acostumbrarse a vivir con el basurero muy cerca de sus hogares. «Esto se ha convertido en una pequeña Bonanza donde todos botan su basura y los camiones se la llevan cuando les provoca», señala un vecino.
Agregó que «no es posible que acá vienen hasta camiones de Santa Teresa o Mariche y dejan la basura que traen desde allá».
Hasta dos semanas sin agua y sin gas
Yolanda Carreño, vecina del sector La Figueroa, denuncia que desde hace seis años el servicio de agua potable ha ido empeorando en todo el barrio. Aunque ella vive en una zona baja, comenta que ha pasado hasta dos semanas sin agua y conoce que el tiempo aumenta en sectores más elevados, como el sector el Tanque o en San Pascual, donde han alcanzado un mes sin recibir una gota del líquido.
«Esto ha obligado a los vecinos a recolectar agua de un tanque que queda en La Figueroa, donde hay ratas muertas, basura y el agua se estanca, convirtiéndose en un criadero de zancudos y moscas», declara.
Acotó que «esa agua no es apta para consumo humano y ha traído problemas estomacales y en la piel a los vecinos, en especial a los niños, pero la gente por la necesidad de bañarse, lavar y cocinar se ha visto obligada a utilizarla».
Situación similar se vive con el servicio de gas doméstico. Vecinos denuncian que los camiones no se acercan con regularidad al barrio y, cuando lo hacen, no es suficiente la cantidad enviada, y muchas veces cobran un sobreprecio importante por la venta.
«Los vecinos han tenido que irse hasta el llenadero de Caucagüita para comprar gas, pagando entre varios un transporte que los lleve y luego regrese con las bombonas, cuando antes aquí teníamos un depósito muy cerca en Mesuca, que siempre estaba bien surtido», comunicó un vecino del sector.
En todos los escenarios, la denuncia ante los entes gubernamentales responsables se ha realizado numerosas veces y por distintos vecinos, pero no existe respuesta alguna para dar solución a estos problemas que aquejan a la comunidad de Carpintero y a buena parte de Petare.
Soluciones pasan por la organización vecinal
Los vecinos son conscientes de sus problemas y saben que la organización y el trabajo en conjunto son la base para encontrar soluciones, así como tener la suficiente fuerza para llamar la atención de los responsables.
Joel Brito, líder sectorial, y quien nos contactó para realizar este Café con El Pitazo, dice que »en Carpintero los vecinos se han organizado desde hace mucho. Acá todos sabemos cuántos sectores hay, cuántas calles conforman esos sectores, número de casas, de familias, todo está perfectamente contabilizado».
»La organización ha permitido que se generen algunas soluciones, en su momento una de ellas fue eliminar los botaderos de basura que había por todos lados y funcionó por un tiempo, porque los camiones llegaban más fácil a La Figueroa que a otros sitios, y pasaban con regularidad, pero ahora ni eso», expuso un vecino en la charla.
»El estar censados y organizados es vital, porque, por ejemplo, así ustedes saben si necesitan un camión para traerles las bombonas de gas o si solo necesitan una moto con dos bombonas. Y van a pedir al llenadero solo lo necesario», dijo Gladys Mogollón, de Creemos Alianza Ciudadana.
«La denuncia es importante, porque todos tenemos derecho a una mejor calidad de vida. Asimismo, es necesario crear tejidos sociales donde todos nos demos apoyo, sin distinción alguna de color o pensamiento. Pero también es importante que estos tejidos no se conviertan nunca en aparatos de control o chantaje», finalizó.