Por: Stephany Armas
Maestros de distintos estados del país expresaron a El Pitazo preocupación ante la situación del sector educativo que atraviesa un colapso que va desde la degradación de salarios y beneficios sociales hasta infraestructuras escolares en colapso, aunado a esto, la llegada de la pandemia del COVID-19 al país. Los docentes se ven obligados al confinamiento en sus hogares y no cuentan con las herramientas tecnológicas suficientes para dictar una clase a distancia.
Alicia Agüero, es maestra de 5to grado de primaria en la Escuela Bolivariana Nacional Prudencio Diez, en la parroquia El Cementerio. Actualmente su salario mensual como docente es de Bs 800.000, equivalente a 3 dólares. Agüero detalló a El Pitazo que, ante la llegada de la pandemia al país, tuvo que reinventarse para generar ingresos para su hogar.
La docente explicó que actualmente imparte tareas dirigidas y reforzamientos pedagógicos a 4 niños, los cuales oscilan entre 8 y 10 años de edad. “La idea de dictar tareas dirigidas a estudiantes de mi comunidad surge porque lo que gano en la escuela no me alcanza para vivir”, expresó Agüero.
Esta docente cobra 3 dólares semanales por cada niño, donde dedica aproximadamente 2 horas diarias de clases a cada estudiante. Semanalmente Agüero percibe de 10 a 12 dólares, significando esto 3.8 salarios mensuales como docente en la escuela donde ejerce. “Es mucho más rentable dictar clases desde casa que trabajar en la escuela”, dijo.
Agüero comentó al equipo de El Pitazo que con esta iniciativa de reforzar a los estudiantes de su comunidad espera pueda obtener más ingresos y mejore mi calidad de vida.
LEE TAMBIÉN
Psicóloga: educación online generó un impacto negativo en alumnos y maestros
De maestro a repartidor en bicicleta
Raúl Pérez de 44 años de edad es docente especialista en mención dificultad de aprendizaje de la Escuela Nacional 12 de marzo y a su vez, es repartidor de productos en bicicleta. El docente comentó al equipo de El Pitazo, que la idea generar ingresos extras surgió mucho antes del comienzo de la pandemia.
Pérez comenzó realizando encomiendas solo los fines de semana, y recalcó que con dos días de trabajo de repartidor cubría más que la quincena como maestro. Luego de 15 años de servicio como docente, Pérez destaca que el sueldo de Bs. 679.205,60 de un maestro en Venezuela no da para vivir.
“A mí me gusta ser educador, me complace enseñar a los niños con dificultades de aprendizaje, pero la crisis me obliga a buscar ingresos externos, y dejar la docencia como segunda opción”.
Actualmente el docente continúa dictando clases virtuales; sin embargo, aseveró que la falla constante en los servicios públicos y la precariedad en recursos tecnológicos no ha permitido un funcionamiento correcto para para conectarse con sus alumnos.
La crisis actual que vive el sistema educativo venezolano ha llevado al gremio a buscar ingresos extras para sobrevivir. Raúl, es una muestra de ello. El docente y su bicicleta han recorrido gran parte de la capital, como también han entregado encomiendas en La Guaira, San Antonio de los Alto, Tazón y El junquito.
Chupeteros vs educación
Francis Méndez, docente de la Escuela Técnica «Creación Sabana de Parra» y de la Unidad Educativa Nocturna «Mayurupí» ubicadas en Sabana de Parra, estado Yaracuy desde 2018 decidió emprender y realizar chupetas artesanales para así generar mayores ingresos a su hogar, ya que con el salario que percibe del Ministerio Popular Para la Educación es imposible cubrir todos los gastos que requiere un venezolano.
“Actualmente mi remuneración como docente es mensualmente de Bs. 984.000 y Bs. 492.000 de bono de alimentación, y con ese salario no puedo cubrir ni lo más esencial como lo es la alimentación completa y balanceada”, expresó la docente.
Méndez en Yaracuy se encarga de la elaboración de chupetas y chupeteros para ocasiones especiales y su hija mayor, Bria de seis años de edad la ayuda con la publicidad. “Al principio las chupetas eran sólo para consumo interno, pero los compañeritos de mi hija mostraban interés por la golosina, por lo que un día mi propia hija me sugirió que comenzáramos a venderlas y se ha vuelto toda una experta ayudándome”, afirmó la docente.
La docente detalló al equipo de El Pitazo que actualmente posee 3 presentaciones en su emprendimiento. Chupetas pequeñas 25 unidades por un valor de Bs 250.000, chupetas medianas decoradas en Bs 45.000 y chupetas grandes decoradas en 160.000. Además, agregó que la semana con menor cantidad de ventas el ingreso puede ser de un 1.000.000 de bolívares, y en fechas especiales como día de las madres, graduaciones o cumpleaños, Francys puede llegar a ganar hasta 3.000.000 de bolívares por día.
Emprender en familia
Lesbia Valles es licenciada en educación especial y junto a su esposo y sus dos hijos imparten talleres personalizados de tortas rellenas, distintos tipos de panes, pasapalos y hasta comida típica navideña.
Valles ha dedicado 18 años de su vida al servicio de la educación. Actualmente, la docente labora en el Taller de Educación Laboral Bolivariano Mercedes Elena Rivera, ubicado en El Paraíso, y prepara a jóvenes con retardo mental asociado a diversas condiciones para un oficio.
Al analizar que el sueldo de maestro no ascendía de 6 dólares mensuales, Lesbia y su familia decidieron llevar a cabo @gastronomia_lesbia, su emprendimiento familiar. La docente y maestra panadera y repostera, comentó al equipo de El Pitazo que sus cursos oscilan entre 15 a 30 dólares. “Con lo que podemos percibir en un fin de semana dictando talleres, creo que me lo gano en un año en el Ministerio de Educación”, afirmó la docente.
“Observando los sueldos y la cantidad mínima de productos que se pueden adquirir, me siento cada vez más estafada y explotada por el estado”, recalcó. Para finalizar, Valles comentó que a pesar del precario salario que obtiene siendo docente, los educadores poseen un gran compromiso de enseñar y formar para la vida a los jóvenes con discapacidad.
Alicia, Raúl, Francys y Lesbia son algunas voces del gremio educativo en Venezuela que buscan reinventarse ante situación en declive que sufre la educación en el país.