Caracas.- Este sábado 30 de noviembre, El Pitazo se mudó hasta el kilómetro 9 de El Junquito para tomarse un café con los vecinos, hablar sobre la organización vecinal efectiva como método para la resolución de problemas comunitarios y escuchar las dificultades que esta localidad caraqueña experimenta día a día.
La charla inició con una ponencia de Renna Camacho, periodista y coordinadora de la Gerencia de Infociudadanos de El Pitazo, acerca de la censura contra los medios y la libertad de expresión en Venezuela, así como el bloqueo gubernamental que actualmente afecta a la web de El Pitazo, y los métodos para evadirlo mediante la descarga e instalación de un VPN.
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Luego, continuó con la acostumbrada alocución de Gladys Mogollón, de Creemos Alianza Ciudadana, quién habló sobre la importancia de trabajar en conjunto y organizadamente para alcanzar objetivos, desde cada uno de nuestros espacios y capacidades propias. La charla continuó con la ponencia de Enrique “Kiko” Sierra, de la ONG Caracas Ciudad Plural, que le enseñó a los asistentes los objetivos de desarrollo sustentable (ODS) de la ONU para el año 2030, y su importancia para el país y sus comunidades.
Los vecinos del sector Colina Suave entraron en calor con la llegada del café, decidieron romper silencio para hablar de sus problemas y debatir cerca de las mejores salidas y acciones a tomar para lograr una solución satisfactoria.
El agua escasea por semanas en El Junquito
La molestia más importante que actualmente sufren los habitantes del sector es la falta de agua. Reportan hasta más de 15 días sin recibir una gota de este líquido por sus tuberías, situación que los ha obligado a pagar costosas cisternas o transportar agua desde otras localidades de Caracas. Estas soluciones temporales no son sustentables debido a la cantidad de tiempo y dinero invertido en ello, cuando en realidad el servicio debería ser continuo.
Los vecinos comentaron que existe una mesa encargada en el Consejo Comunal que tiene como responsabilidad velar porque el bombeo de agua se realice con regularidad, pero sus integrantes se reúnen poco y tampoco ofrecen soluciones. Además, la iniciativa se ha politizado totalmente, a tal punto que algunos miembros han llegado a desplazar a vecinos solo porque no son adeptos al gobierno nacional.
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Una solución poco ortodoxa
Meses atrás, el problema del agua alcanzó tales dimensiones, que algunos vecinos tomaron la decisión de “secuestrar” en su oficina al entonces presidente de Hidrocapital. En aquel entonces los habitantes de El Junquito dejaron de recibir el servicio de agua durante dos meses. La gota que derramó el vaso en ese entonces fue el descubrimiento, por parte de los vecinos, de un negocio existente entre los conductores de cisternas y el presidente de Hidrocapital.
Después de aquel altercado, el bombeo de agua se comenzó a realizar con mayor regularidad, pero los períodos de sequía poco a poco han vuelto a alargarse, y los implicados en aquel acto temen tomar una acción parecida por miedo a represalias, pues ya intentaron detener a varios de ellos en su momento.