Caracas.- A principios de agosto, el director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico, advirtió de la venta de medicamentos falsificados en Venezuela. Esta alerta luego sería corroborada por el Ministerio de Salud el 5 de septiembre, debido a la distribución de un lote de suero antiofídico falso en el país.
Ante esta situación, el equipo de El Pitazo en la Calle invitó a la presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología, Patricia Valenzuela, para hablar en el forochat Medicamentos falsos y adulterados en el mercado venezolano.
El evento reunió a 845 participantes en WhatsApp, que recibieron recomendaciones y advertencias de la también internista.
Valenzuela comenzó su ponencia recordando que un medicamento falso (o espurio) es aquel se hace pasar deliberadamente y de forma fraudulenta por otro producto de marca reconocida o genérico sin serlo, incluso con remedios tradicionales.
“La globalización e Internet han impulsado las ventas de estos productos, pues facilitan su distribución sin control. Es tan grave, que se estima que 50 % de los medicamentos comprados en Internet son espurios cuando provienen de páginas que ocultan su dirección física”, reveló la invitada.
Luego, la internista habló sobre los riesgos de consumir medicamentos falsos, empezando porque el principio activo puede no ser el anunciado en la etiqueta, la dosis suministrada incorrecta y la manipulación del medicamento precaria.
Al ser consultada sobre cómo identificar medicamentos falsificados en el mercado, Valenzuela ofreció las siguientes recomendaciones:
- Etiquetado ausente o incompleto, sin datos de origen, composición química, fechas de fabricación y vencimiento, etc.
- Los atributos físicos no corresponden a los que hayas visto anteriormente en ese mismo medicamento. Por ejemplo: un jarabe de otro color, un envase diferente, una forma de tableta que no coincide y más.
- No hay registro sanitario ni información sobre el lote de fabricación y otros códigos exigidos por las autoridades regulatorias.
- El producto está deteriorado, la caja no está bien cerrada, el blíster no está en perfectas condiciones y los envases no están precintados.
- El prospecto tiene tachaduras, en mal estado, no está traducido al idioma local y no tiene toda la información que debería.
La infectóloga señaló que para prevenir la compra de medicamentos falsificados “hay que evitar adquirir medicinas por redes sociales, en ventas ambulantes o itinerantes que no cumplan con todos los requerimientos sanitarios de distribución. Y en caso de necesitar algún producto que requiera condiciones especiales de almacenamiento y transporte, hay que asegurarse de que estas se han cumplido en todo momento”.
Para cerrar, la invitada apuntó que no cualquier farmacia es un espacio fiable, pues deben evitarse aquellas donde la figura del farmacéutico regente no esté presente, ya que es un requisito que exige la ley para la distribución de medicinas.