La migración venezolana es noticia debido a la crisis humanitaria que afronta el país. Sin embargo, esta ha ido mutando al paso de los años y hace que cada vez más mujeres sean las primeras en dar el paso al buscar mejores oportunidades en otros países.
Este fenómeno se repite en todo el continente americano y trae consigo algunos riesgos y factores condicionantes que no están tan presentes cuando se habla de hombres migrantes.
Para hablar sobre este conflicto y la realidad que muchas mujeres deben atravesar al emigrar, el equipo de El Pitazo en la Calle convocó a la socióloga Claudia Vargas a participar como ponente en el forochat “Mujeres migrantes: caso de las venezolanas en movilidad”.
El evento fue realizado a través de WhatsApp el 26 de septiembre y contó con la participación de 507 lectores.
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Vargas, quien también es docente e investigadora especialista en migración venezolana de la Universidad Simón Bolívar, inició su intervención señalando que “en 2022, 48 % de la población migrante en el mundo era de sexo femenino, pero en las Américas estas superaban 50 %, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas (ONU)”.
La invitada apuntó que lo común en el pasado era que las mujeres migraran en pro de la reunificación familiar y no como el género de avanzada, pero, ahora buena parte lo hace para buscar trabajo y desde el extranjero ayudar a sus familias.
Realidad de las migrantes venezolanas
Al centrarse en el caso particular de las migrantes venezolanas, Vargas hizo algunas puntualizaciones sobre la realidad de estas en la región:
· 23 % de la población migrante venezolana total está concentrada solamente en cuatro países: Colombia, Perú, Brasil y Ecuador.
· 42 % de las migrantes en la región tienen un estatus migratorio irregular que no les permite acceder a todos los derechos en el país de destino.
· Gran parte de las mujeres migrantes venezolanas recae en dos grupos etarios con necesidades especiales: menores de 21 años y tercera edad.
· Pese a tener un grado de escolaridad que tiende a ser mayor que el de los hombres, a las migrantes venezolanas les cuesta más acceder a empleos con salarios, condiciones y beneficios que les permitan vivir dignamente.
Y es que, según explicó la socióloga: “migrar no es igual para hombres y mujeres, pues ellas están expuestas a ciertos factores y riesgos adicionales que condicionan sus procesos migratorios”.
Respecto a los factores condicionantes, Vargas explicó que existen dos tipos: los micro (privados) y los macro (públicos), cuya caracterización puedes encontrar en la siguiente imagen:
Problemas a los que se enfrentan las migrantes
Sobre los riesgos y desafíos migratorios, la invitada señaló que las migrantes venezolanas se enfrentan principalmente a estos problemas:
· Dificultades para regularizar su estatus migratorio e integrarse jurídica, social y económicamente en el país de destino. Es un desafío que comparten con los hombres.
· Mayor riesgo de ser abordadas por grupos irregulares en zonas fronterizas, especialmente si el traslado en terrestre.
· La vulnerabilidad económica las expone a propuestas de trabajo que podrían representar explotación sexual, laboral y hasta esclavitud moderna.
· Su mayor grado de escolaridad no les garantiza acceso a un empleo digno, con beneficios y sueldos adecuados.
· La cultura estereotípica de “las reinas de belleza” que se ha exportado por años condicionan cómo son percibidas muchas venezolanas en los países que las reciben.
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Respecto a esto último, Vargas agregó que aquellas mujeres que cumplen con los estereotipos de belleza son más propensas a ser víctimas de acoso y redes de trata. Mientras, aquellas que no los cumplen son más vulnerables a ser discriminadas.
En ambos casos, los riesgos aumentan exponencialmente para las venezolanas, algo que puede evidenciarse en el registro de femicidios que Cepaz ha hecho para la región suramericana: 79 femicidios registrados de migrantes venezolanas solamente en 2022.
Recomendaciones a los Gobiernos
Para cerrar, Vargas indicó que es urgente para los Gobiernos nacionales, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales dar mayor visibilidad a estos problemas y la creación de iniciativas políticas que ayuden a mitigarlos. Algunas de sus recomendaciones:
· Generar más estadísticas con perspectiva de género que permitan caracterizar y dimensionar a la población migrante femenina venezolana y sus condiciones de movilidad.
· Impulsar políticas públicas y privadas informativas sobre derechos del migrante, las documentaciones mínimas requeridas, exposición a riesgos y otros.
· Dar a conocer a las migrantes aquellas organizaciones internacionales y locales que puedan prestarles apoyo: Acnur, la Cruz Roja, Cepaz, Avesa, Mejor Ruta y otras.
· Impulsar entre las migrantes herramientas de verificación de datos que las ayuden a identificar ofertas engañosas e información manipulada que pueda derivar en riesgos.