Caracas.- El llamado al cumplimiento de la jornada laboral por seis horas – a partir de este lunes- obligó a que muchos padres se movilizaran desde Petare, Palo Verde y otros sectores del municipio Sucre, con sus niños en brazos, debido a la suspensión de actividades escolares, desde principios del mes de marzo.
Personas consultadas sobre la situación dijeron no contar con parientes cercanos para dejar a los menores de edad bajo su supervisión o cuidado.
Otros refirieron que las fallas eléctricas más radicales en sectores populares, les originaba angustia y temor, sin embargo la necesidad los obligaba como padres a dejarlos solos en las casas.
LEE TAMBIÉN:
HABITANTES DE CARACAS VUELVEN A PROTESTAR ESTE #1ABR POR FALTA DE AGUA Y LUZ
María Medina, madre de tres hijos de 11, 6 y 4 años de edad, explicó: “Esta mañana les preparé el desayuno. Un pedazo de pan para cada uno con algo de relleno porque ya se nos acabó la comida y los abastos de la zona no tienen nada. Le expliqué al hermano mayor que no debía abrirle la puerta a nadie, ni siquiera conocido. No hay fósforos cerca, ni velas. Y la llave del gas la cerré por precaución. Estoy extremadamente angustiada, pero debo salir para buscar efectivo y llevarles algo para almuerzo y cena”.
Eucaris Yépez es madre de una hembra de 7 años de edad y un varón de 11 años que quedaron al cuidado de una vecina, en la calle La Suisa, Petare, donde reside. Yépez es empleada de la Alcaldía Libertador y trabaja en el parque acuático Hugo Chávez, en La Rinconada. El viernes no cobró su quincena y ya no tiene para comprar comida.
“Con la situación que nos arropa a todos, tratamos de ser solidarios entre vecinos y compartir lo poco que tenemos. Como madre, es terrible contar que abres la nevera y no tienes nada para darle a tus muchachos. Esta situación país, donde tienes dinero pero no lo puedes sacar del banco, te llaman para ir a trabajar, pero no tienes como llegar porque no hay transporte que te traslade. Son muchas cosas a la vez, y uno debe pedirle a Dios que te mantenga en pie para sobrellevar las cosas”, expresó con lágrimas en los ojos.
Por su parte, Maritza de La Cruz es abuela de dos niños de 10 y 8 años de edad. Ella y los padres de los menores viven en el sector El Guinche de Filas de Mariche y trabajan a diario como comerciantes en Petare. Los niños quedan solos porque no hay clases. “Le preparamos la comida. Todo se le organiza en bandejas para microondas y si no hay luz, se la comen fría”, explicó.
Con información de Rosibel Cristina González