Maturín.- Entre los compañeros de Geraldo Ledezma hay tristeza, rabia e indignación. Han pasado dos días desde que un grupo de delincuentes le quitó la vida por un teléfono celular dentro de la Universidad de Oriente (UDO), campus Los Guaritos, y aún se desconoce el paradero de los asaltantes. Sus amigos, conocidos y estudiantes marcharon en honor a su memoria, pero al mismo tiempo para exigir más seguridad al gobierno regional.
Se reunieron en la entrada de la UDO la mañana de este viernes 22 de noviembre; allí hicieron una asamblea y firmaron un documento en el que le exigen al Ministerio Público y a la Gobernación de Monagas agilizar las investigaciones, dar con los delincuentes y patrullaje dentro y fuera de las instalaciones de la universidad.
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Luego, marcharon por la avenida Universidad, pasaron por la Libertador y por la Juncal, se detuvieron en la sede del Ministerio Público y entregaron la misiva. No pudieron llegar hasta la Gobernación del estado Monagas porque un piquete de la Policía del estado y de la Guardia Nacional (GN) se lo impidió; no hubo violencia.
La intención era permanecer sentados en silencio frente al palacio del gobierno regional hasta que un representante los atendiera y les recibiera la carta, pero en vista de que se les impidió hacerlo siguieron su camino hasta la funeraria Virgen de Lourdes, donde se realizará el velorio de Geraldo hasta este sábado 23 de noviembre.
Fabiana Rivas, estudiante, advirtió que seguirán en la calle en protesta escalonada hasta que se haga justicia al crimen de Geraldo, pero también lo harán hasta conseguir presencia policial. “Necesitamos vigilancia policial en los alrededores de la universidad y si las autoridades educativas lo permiten, también dentro”, aseguró.
El lunes, cuando la universidad retomará las clases, habrá una nueva concentración en la entrada del núcleo. María Almeida, estudiante de Ingeniería Agronómica, asegura que asumieron el compromiso de sumar a más jóvenes a la protesta porque considera que se trata de una lucha para exigir respeto a la vida y también para exigir reivindicaciones estudiantiles.
Jesús Sánchez era amigo de Geraldo; cursaban el mismo semestre y hasta cuadraban los horarios juntos. Recuerda a su compañero como un joven de gran corazón, trabajador, honesto y excelente persona; desde su dolor pidió a los udistas no normalizar la inseguridad que se vive dentro de la institución, porque ya no solo roban sino que también asesinan.
“Me siento inseguro dentro de la universidad; todos nos sentimos así. Me siento mal y tenemos que tomar acciones para resguardarnos nosotros mismos. Creo que el día en que todos aprendamos a señalar a los extraños que entran a la institución, ese día marcaremos la diferencia”, dijo Juan Peraza, profesor.