Cumaná.– La falta de agua potable y gas doméstico es constante en las comunidades de Cedeño y El Castaño, pertenecientes a la parroquia San Fernando del municipio Montes, estado Sucre. El lunes 18 de Mayo, un grupo de habitantes denunció a El Pitazo que ante la ausencia del servicio es imposible cumplir con los protocolos sanitarios para evitar la propagación del COVID-19.
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“El agua tiene más de tres años que va y viene. Hay días que llega a las casas media hora, pero viene tan poquito que no alcanza ni para llenar un tobo”, expresó Mirian Salazar, vecina de El Castaño.
Aseguró que por la falta del líquido las personas caminan todos los días hasta el río para cargar envases a pesar de que está contaminado; la usan para lavar la ropa y bañarse.
Esta abuela de 65 años aprovechó, al mismo tiempo, para exigir a Tomás Bello, alcalde de Cumanacoa, que realice un recorrido por las comunidades para que observe con sus propios ojos las necesidades que están pasando los niños, los adultos y los ancianos debido a los apagones que se registran diariamente en la zona.
Gas y efectivo
Rosario Márquez, de 81 años de edad y quien habita en Cedeño, dijo que ante la escasez del gas doméstico cocinan con leña . “A la edad que tengo se me hace difícil hacer la comida en leña, porque después en las noche no duermo con los dolores que me dan en los brazos y porque además no tengo dinero para comprar medicinas que me alivien las dolencias”, afirmó.
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Márquez indicó que el Gobierno que preside el alcalde Bello tiene más de dos mes sin venderles comida a las 300 familias que, aproximadamente, residen en esta zona rural, al norte de Cumaná.
“Los primeros días de mayo pagamos noventa mil bolívares en trasferencia y otros treinta mil en efectivo al Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) y todavía estamos esperando que nos traigan la comida”, dijo.
Además, denunció que los adultos mayores de su comunidad llevan dos meses sin cobrar la pensión que recibe por el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss), porqué los bancos están cerrados; en su caso, mencionó además que no puede usar el dinero, porque no tiene una tarjeta de débito para enviar a sus hijos a comprarle la comida en Cumanacoa, capital del municipio Montes.
“Ese dinero se está acumulado en el banco y ¿Para qué me sirve?, necesito es efectivo para comprar azúcar, café y harina de maíz en la bodega. Aquí en la comunidad no hay abastos y negocios que tengan puntos de ventas”, explicó Márquez.