La población del Delta medio, sector que fue devastado por la última crecida del río Orinoco, clama por la ayuda y atención gubernamental debido a que padecen una severa carencia y desabastecimiento de productos alimenticios. La situación es crítica, ya que la crecida del caudal se llevó todas las siembras, cultivos y los animales de cría en la región.
Varios habitantes de la comunidad Araguaimujo se vio en la necesidad de protestar con el cierre de la carretera nacional para llamar la atención de la gobernadora, Lizeta Hernández.
Los manifestantes exigieron a la mandataria que les envíe las cajas Clap (Consejos Locales de Abastecimiento y Producción) a los sectores, según lo dio a conocer el dirigente comunitario Mónico Campero. “Cuatro meses tenían las comunidades sin recibir los alimentos subsidiados que da el Gobierno nacional a las familias para paliar el hambre en la zona”, aseguró Campero.
De igual forma, el dirigente denunció la precariedad de la situación en estos pueblos alejados de la capital. “Los niños, los adultos y la población en general mueren de mengua. No hay medicina, no hay comida y el hambre se apodera de las comunidades”, señaló.

Además de las carencias alimenticias que afectan a las familias, comienza también la proliferación de las enfermedades endémicas: la diarrea acompañado con vómitos, y los dolores abdominales se presentan con mayor frecuencia debido a la falta de agua potable”, sostuvo.
Campero indicó que dos personas adultas fallecieron en los últimos 15 días por diarrea. La población no pudo hacer nada por falta de remedio; no hay embarcaciones para trasladar a los enfermos; estamos aislados” sentenció.

A la situación de desolación que vive la población, hay que sumar el hecho de que en el río Orinoco nuevamente se inicia el ciclo de lluvias y crecida, fenómeno que alcanzará su máximo nivel en los meses de julio y agosto, lo que es un riesgo para 5.000 moradores, aproximadamente, en la zona del bajo y medio Delta.