Maturín.- En el preescolar Negra Matea los representantes están preocupados porque han pasado ocho meses desde que el aula del primer nivel se quedó sin techo porque un árbol le cayó encima. En la Zona Educativa, la Gobernación de Monagas y la Alcaldía de Maturín reposan solicitudes de apoyo para reparar el aula, pero no han obtenido respuestas.
El salón tiene una capacidad para 30 alumnos, quienes ahora están viendo clases en el área de uso múltiples, que no está acondicionada para que las maestras dicten clases. “Son niños pequeños y donde ven clases no está apto, porque hay un escenario del que se pueden caer y hacerse daño”, expresó Yelitza Añazco, mamá de un estudiante.
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Cuando ocurrió el accidente en el aula, el hijo de Yelitza veía clases. Recuerda que las maestras le explicaron que serían las diez de la mañana cuando el árbol se desprendió, rompió las láminas de zinc e hirió a tres alumnos y a la docente. “Afortunadamente no ocurrió un daño mayor, porque aún estaríamos llorando”, expresó.
La directora del plantel, Mariluz Martínez, explicó que 11 años antes hicieron la solicitud de remoción de tres arbustos ante Protección Civil, Cuerpo de Bomberos, Gobernación y Alcaldía, pues ya estaban secos y representaban un riesgo para la comunidad estudiantil, pero “lo único que obtuvimos como respuesta fue que no podían hacer el trabajo porque no había una motosierra”, recordó.
Después de que el árbol cedió tampoco recibieron ayuda inmediata. Una cuadrilla de la municipalidad se presentó en el sitio luego de que los mismos representantes con apoyo de un exbombero cortaron las ramas y podaron las otras dos matas que aún quedaban. “Queremos que las autoridades competentes nos ayuden, porque no queremos que nuestros hijos sigan viendo clases en estas condiciones”, dijo Rosi Gutiérrez, mamá de otro alumno.
El preescolar tiene otras carencias. Las mamás mencionaron que en el colegio se suspenden las clases cuando el suministro de agua falla, porque el árbol también rompió el tanque. “No hay cómo almacenar agua y por ende no tenemos cómo atender a los niños cuando necesitan ir a los sanitarios, por ejemplo”, explicó la directora.
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Además, las condiciones del plantel han facilitado la entrada de delincuentes, quienes se han llevado desde los breakers de los aires acondicionados hasta los materiales didácticos de los alumnos. Hay un vigilante, pero no está armado, y además “no es mucho lo que puede hacer cuando entran los delincuentes”, agregó Martínez.