Maturín.- En el Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar, los pacientes denuncian que son los milicianos quienes están a cargo de la reventa de insumos y que los ofrecen durante la noche o la madrugada. Afirman que se trata de materiales que son entregados al centro asistencial y que tienen el sello del Ministerio de Salud.
LEE TAMBIÉN
Diputados plantean conformar Comité de Postulaciones Electorales en los próximos 15 días
“Esto ocurre porque no hay supervisión nocturna y quien se atreve a denunciar no es tomado en cuenta”, dijo Nilda Azuaje, hermana de una joven que ingresó con una afección pulmonar el fin de semana. Azuaje asegura que entre la madrugada del domingo 12 de enero y la mañana del 13, observó a un funcionario sin uniforme ofrecer medicinas a otro paciente.
La mujer está segura de que es un miliciano porque en otras oportunidades lo ha visto en los pasillos del hospital. Considera que las autoridades policiales y las sanitarias deben inspeccionar a cada funcionario antes de que entregue su turno, así como los espacios que utilizan para su descanso. “La gente que viene al hospital lo hace porque no tiene dinero para ir a una clínica, no viene a robar”, manifestó.
Carlos Fernández, familiar de un adulto mayor hospitalizado con una afección cardíaca, también ha visto a trabajadores del centro asistencial ofreciendo medicamentos durante la noche. “Se aprovechan de que en el hospital no hay nada y de que las farmacias que están cerca no trabajan durante la noche”, señaló.
Fernández mencionó que los acompañantes de enfermos se enfrentan además a la ausencia de reactivos y de equipos especializados, como tomógrafo y rayos X, para realizar exámenes de emergencia. Indicó que tienen que recorrer las clínicas de Maturín buscando cualquiera que tenga cupo y que, además, tenga los mejores precios.
LEE TAMBIÉN
Nicolás Maduro respode a Monseñor Basabe: Exijo respeto al pueblo católico
Leudis Hernández tiene la misma queja. Su abuela tiene cinco días hospitalizada y en este tiempo han gastado 20 millones de bolívares entre medicamentos, electrocardiogramas, una resonancia magnética y una placa de tórax. Pero al mismo tiempo lamenta que durante la noche el Núñez Tovar se quede sin médicos y que tampoco tenga enfermeras.
“A las once y media los médicos se van a dormir y no queda en los pasillos nadie pendiente de los pacientes. La noche del domingo vimos morir a seis personas y no había nadie que los atendiera, porque los cuatro médicos que estaban de turno se fueron a sus cuartos temprano”, denunció la mujer.