Monagas.- La Federación Venezolana de Maestros (FVM) volvió a mostrar su preocupación ante la forma en cómo se da clases en un país donde las fallas comunicacionales impiden la modalidad online. “Estamos ante un fraude educacional en Venezuela, porque los maestros no tienen las herramientas para enseñar de forma virtual y porque los padres son quienes resuelven las tareas de sus hijos”, argumentó el secretario general de la FVM en Monagas, Jesús Sánchez.
Sánchez agregó a El Pitazo, este 4 de noviembre, que los docentes no imparten sino que asignan contenidos extensos que requieren asesoría. “No hay manera de cómo llegarle a los muchachos así lo hagan (el Gobierno) por televisión o por radio, como lo hace Fe y Alegría, porque las fallas en el servicios públicos también lo impiden”, indicó.
Sánchez refirió que las desigualdades también juegan en contra porque si el maestro tiene un teléfono inteligente el alumno no lo posee o también puede ocurrir a la inversa. Señaló que un estudio reciente del Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores (Cenda) indica que para dar clases virtuales un educador necesita 1.120 dólares para comprar un teléfono inteligente, una computadora, una cámara para transmitir, un módem o wifi, pagar la renta estimada en dos dólares y una impresora.
El representante de la FVM en Monagas ofreció sus declaraciones en una de las cuatro manifestaciones que hubo en el Oriente venezolano, este miércoles, para exigir mejores salarios así como reivindicaciones laborales. Sánchez participó en la concentración que hubo en la plaza Rómulo Gallegos de Maturín desde donde mostró su preocupación por las ocupaciones extras que tienen los maestros en el estado.
La nómina magisterial en Monagas es de 5.000 educadores y de esos un 80%, es decir 4.000, se dedica a la economía informal porque es la mejor forma de llevar más dinero a sus casas. El representante gremial explicó que esa es la razón por la que además los maestros no se suman a las actividades de calle ni en Maturín ni en los otros 12 municipios del estado.
«La otra realidad es que algunos migraron a la educación privada porque les pagan hasta cincuenta dólares mensuales y eso es mejor a lo que reciben por el Gobierno”, agregó.
Manifestaciones pacíficas
Además de Maturín, en Nueva Esparta y Sucre también hubo concentraciones pacíficas. Desde la plaza Bolívar de La Asunción, los docentes de Nueva Esparta salieron por tercera vez este miércoles a reclamar por mejores condiciones laborales y salariales. El gremio rechazó un posible aumento del salario mínimo a 1.200.000 bolívares y el bono de alimentación por igual monto a partir del 1° de noviembre.
Los docentes argumentan que el total de ingreso mensual pasaría a 2.400.000 bolívares, lo que por los momentos sería un equivalente a menos de 5 dólares según sea el tipo de cambio, algo que no cubre sus necesidades de alimentación ni transporte. También exigen las mejoras en los servicios públicos como electricidad e internet para poder atender las actividades académicas vía online.
Docentes de Los Andes protestaron por tercera vez en menos de un mes
Sobre la tabla de la Administración Pública, el secretario general de la Federación de Maestros en Monagas, Jesús Sánchez, dijo que en el magisterio desconocen si les será aplicado porque a principio de años rodó una que no se ejecutó y a la que el gobierno de Nicolás Maduro no quiso plegar a los docentes por considerar que se rigen por una contratación colectiva, que desde 2018 no se cumple.
Los docentes en Cumaná, estado Sucre, se concentraron en la plaza Andrés Eloy Blanco donde se le sumaron los médicos que llegaron caminando desde el Hospital Antonio Patricio Alcalá, uniéndose al clamor del gremio de educadores a la exigencia de un salario justo.
El llamado a un trancazo en Carúpano, municipio Bermúdez, tuvo poca participación; la docente Eva León, con 20 de años de servicio, manifestó que el aumento de salario de la tabla de la administración pública es otra humillación del Gobierno hacia los docentes. «La contratación única y colectiva tiene otros objetivos. Uno de nuestros reclamos es la eliminación de la tabla opresora Onapre (Oficina Nacional de Presupuesto)», puntualizó.
En El Tigre, sur de Anzoátegui, no hubo concentración de docentes, pero el personal del Jardín Infancia La Charneca, dependiente de la gobernación, se unió al paro nacional en protesta al salario de «hambre» que devengan.
La directora del plantel, Orelia Soler, destacó que actualmente se le brinda una «educación mediocre» a los alumnos con las clases no presenciales. También denunció las deplorables condiciones de la institución: no hay agua en los baños y el techo está agrietado lo que representa un peligro para los niños y el personal.
Por su parte, la secretaria de reclamo y contratación colectiva de la Federación de Maestros, Gabriela Arellano, denunció que los docentes del estado Anzoátegui son amenazados y amedrentados por los supervisores circuitales, abriéndoles expedientes administrativos al personal que no cumpla la carga laboral.
Arellano recordó que los docentes están amparados por el pliego de peticiones entregadas al ministro del Trabajo, Eduardo Piñate, y en los Artículos 418, 419 y 435 de la Ley Orgánica del Trabajo. “Debo recordar a los señores directores de las instituciones y a los supervisores circuitales que ellos no están autorizados ni aparecen en la contratación colectiva como figura para abrir expedientes, es por ello que les exhorto a documentarse”, indicó.
Equipo de corresponsales de Oriente
Jesymar Añez, Lisbeth Miquilena, Yesenia García, Giovanna Pellicanni y Marinelid Marcano