Maturín.- Los trabajadores y obreros de la Alcaldía de Maturín siguen en conflicto y este lunes 20 de enero anunciaron que 85% de la nómina, calculada en 7.000 personas, se unió al paro de actividades. De los 6.375 empleados que están sumados a la medida, 4.875 corresponden al Instituto municipal de Ambiente, encargado de recoger la basura y del mantenimiento de la ciudad.
Los obreros denunciaron que están cansados de trabajar sin cobrar y de recoger la basura sin botas, guantes, lentes ni bragas. “En noviembre me despidieron porque no quise trabajar gratis”, aseguró Noelis Serrano, obrera despedida de la Alcaldía, quien se unió al grupo que la mañana de este lunes 20 de enero se apostó frente a la municipalidad para exigir el pago de su deuda.
Daniel Jiménez también es obrero y denunció que la recolección de desechos será más deficiente porque tampoco hay conductores dispuestos a trabajar con el alcalde Wilfredo Ordaz, quien “como no paga, nadie le quiere trabajar”, insistió. En Maturín solo hay una compactadora para retirar las 1.200 toneladas de desechos que se producen en un día, y pertenece a la Gobernación de Monagas.
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Además, el saneamiento de los 37 caños de la ciudad también está paralizado, aunque los obreros advirtieron que esa es una tarea que poco estaban cumpliendo, ante la falta de herramientas y de un seguro médico para atender las enfermedades que contraen al entrar en contacto con las aguas negras. “En enero del año pasado (2019) sufrí una infección en el pie izquierdo que aún no se me ha curado”, dijo María Rivera, obrera.
Rivera limpiaba el caño Orinoco, el más grande de la ciudad. Recuerda que su compañero Simón Rengel falleció en 2019 tras contraer una infección cuando retiraba maleza y desechos en el tramo que va desde La Murallita hasta la Orinoco. “Simón no recibió atención médica adecuada porque no tenemos seguro y tampoco acceso a medicinas”, afirmó.
Entre los reclamos del grupo está la restitución de Plan Salud, la cancelación de las dotaciones, los juguetes y los útiles escolares; además exigen respeto a la contratación colectiva, que establece salarios semanales para los obreros, quienes tienen un sueldo de 150.000 bolívares semanales. “El cinco de enero el alcalde dijo que iba a pagar, pero como él dice, no como establecen las leyes y la contratación”, indicó Jiménez.
Los obreros esperan por un derecho de palabra ante la Cámara municipal de Maturín y el Consejo Legislativo de Monagas, donde esperan plantear la problemática en busca de acciones que obliguen a Ordaz cumplir con los pagos de acuerdo a la contratación colectiva. Al momento de la publicación de esta información, ninguna autoridad ofreció su versión sobre el retraso en los pagos.