Maturín.- 12 muertes neonatales a la semana. Un promedio de 48 al mes. Es la cuenta que llevan 2 empleados sanitarios del Hospital Manuel Núñez Tovar de Maturín, quienes la tarde de este jueves 9 de noviembre hablaron con El Pitazo sobre la denuncia que hicieron madres sobre el deceso de sus bebés en el servicio de neonatología.
Los trabajadores, quienes prefirieron resguardar su identidad para evitar persecución laboral, aseguran que son distintas las bacterias intrahospitalarias que existen en ese servicio y con frecuencia también se registran en el quirófano de emergencia.
Aseguran que las bacterias proliferan por la falta de un buen mantenimiento y, al mismo tiempo, el retraso en la recolección de basura. “Los obreros limpian. Sin embargo, muchas veces lo hacen con agua sola porque no hay cloro, desinfectante o jabón”, asegura.
“Por otra parte, el saneamiento de áreas tan importantes, como los quirófanos o neonatología, deben realizarse con más frecuencia, con más rigurosidad y eso no se hace”, continúa.
Un grupo de madres que perdieron a sus hijos denunció esta semana que el personal de neonatología les pide vinagre para desinfectar el servicio. Al respecto, ambas fuentes aseguran que sí se hace y que, además, los padres también tienen que llevar cloro y agua potable para ejecutar la limpieza.
Sepsis neonatal
Una joven que perdió a su bebé en septiembre habla sobre lo que afirma la fuente. Bianca Álvarez sostiene, además, que no hay personal de limpieza ni de enfermería para velar por la asepsia del lugar.
“Un día le dejaron el oxígeno abierto a mi hijo, así que toda el agua goteó hasta inundar la incubadora. El niño se agravó porque también tenía la bacteria. Allí están matando a nuestros niños”, afirma. Al mismo tiempo, mencionó que durante los 10 días de hospitalización gastaron, en promedio, 50 dólares semanales para garantizar la atención con medicamentos y exámenes de laboratorio a su bebé.
Milena Alarcón perdió a su hija el 21 de octubre después de pasar 17 días hospitalizada en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales. “Desde un principio atribuyeron la bacteria a una infección urinaria que me controlé y que nunca más apareció durante la gestación”, explicó a Qué Pasa en Venezuela.
En sus declaraciones asegura que «tras probar con distintos antibióticos, los médicos decidieron repetir el hemocultivo y aceptaron que la bacteria que tenía mi hija la contrajo en el hospital. Le tomaron una vía central para suministrarle un medicamento, porque la bacteria era altamente resistente. Sin embargo, murió porque los otros antibióticos que recibió dañaron sus órganos”, denunció.
En los 17 días de hospitalización de su hija, Milena vio morir a unos 20 niños a causa de la bacteria. “No pude llevar bien la cuenta, porque a veces moría uno y otras hasta tres. Era extraño no ver morir a un niño un día. A todos les colocaban el mismo diagnóstico, que es sepsis neonatal”, detalla.
Protocolo sanitario
Aunque no fue a través de una declaración a los medios de comunicación sino en una nota de prensa, las autoridades sanitarias en Monagas informaron sobre la activación de un protocolo sanitario para atender el saneamiento de espacios, como sala de parto y cuidados intensivos neonatales.
Incluso, constituyeron el Comité de Control de Infecciones Asociadas a la Atención en Centros de Salud. La medida se toma luego de la denuncia de las mujeres y de la publicación de un reportaje en un medio nacional en el que se informa sobre las muertes de bebés a causa de infecciones contraídas en ambos servicios.
El equipo está compuesto por especialistas del hospital, así como de expertos en microbiología, infecciones transmisibles, control de vectores, además de empleados de Contraloría Sanitaria.
En la nota de prensa se lee que la autoridad de Salud, Yérika Alzolay, refiere que “establecerá las normas y protocolos sanitarios a seguir para minimizar las infecciones intrahospitalarias, que se han venido presentando por años en el centro de salud y que parecieran hacerse multiresistentes al arsenal de antibióticos con el que se cuenta”.
Entre los años 2008 y 2009, una situación similar fue denunciada por madres que también habían perdido a sus hijos a causa de una bacteria. En aquel entonces, se contabilizaba un promedio de 20 muertes neonatales a la semana. En esa oportunidad, las autoridades también activaron un protocolo de atención, que incluyó el saneamiento completo del servicio.