Maturín.- Los derechos humanos de los 40 detenidos en las protestas del 23 de enero en Maturín han sido violados. Así lo denuncia el capítulo Monagas del Foro Penal este domingo, 27 de enero. Las mujeres han sido las más afectadas, pues los efectivos de la Guardia Nacional (GN) se negaron a entregarles los paquetes de toallas sanitarias que las nueve jóvenes solicitaron en vista de que les bajó el período al mismo tiempo.
De eso se dejó constancia así como de los otros hechos que enumeró la organización, que se encarga de defender a todos por igual. Los muchachos están golpeados aunque no lo manifiesten por temor, porque han sido coaccionados para que no lo digan.
Familiares de los detenidos habían explicado que los jóvenes pudieron dormir bajo techo el primer día de su reclusión, pero los demás tuvieron que hacerlo en una churuata del Destacamento 51 de la GN sin recibir los suéteres que sus familiares les habían llevado.
La caja de ropa que fue recolectada por los detenidos no pudo pasar. Además de camisas, franelas y shorts, a los jóvenes se les consiguió artículos de aseo personal. Eso tampoco llegó a sus manos, porque los mismos funcionarios se quedaron con la encomienda que iba hacia ellos. Lo poco que tienen fue porque antes de su traslado hacia el centro Nelson Mandela pudieron recibirlo.
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La representante del Foro Penal, Cielo Defendini, explicó que las audiencias de los detenidos se realizó sin la presencia del fiscal penitenciario, como es el deber ser y como fue solicitado por la defensa además de los familiares de los 40 privados de libertad cuando acudieron hasta la sede del Ministerio Público.
Tampoco hubo presencia de un médico forense. En la audiencia no se constató por parte de un especialista las condiciones de los muchachos. «Una de las jóvenes de los detenidos del 22 de enero tiene un hematoma grande entre sus caderas y el coxis porque fue sacada a la fuerza de su casa esa noche. También hay un detenido del 23 de enero que tiene una herida rasante de proyectil en su hombro», resaltó Defendini.
Defendini refirió que entre lo más grave es que los muchachos han tenido que firmar un acta donde ellos reconocen que no han sido maltratados y lo hacen bajo coerción, por temor a que les hagan algo. Mientras estuvieron detenidos en la sede de la GN y ahora en el Mandela, les colocaron el calificativo de «guarimberos» y así son llamados.