Carúpano.- En un presunto enfrentamiento entre funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) y un grupo de hombres resultaron asesinados seis presuntos delincuentes. El hecho se registró a las 7:00 pm de este martes, 3 de septiembre, a la altura del sector Mundo Nuevo, cerca del Mirador de Cariaco, municipio Ribero. El balance fue el resultado de la llamada Operación Libertador, que se activó en todo el estado Sucre en busca de bandas delictivas.
Los cadáveres fueron llevados hasta el hospital Diego Carbonell, de Cariaco, y luego, a la medianoche, pasados a la morgue del Hospital Universitario Antonio Patricio Alcalá, de Cumaná, donde solo dos de ellos han sido identificados, uno como Franklin Ruiz y el otro como Pedro Gordones, quienes residían en el Mirador.
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Fuentes policiales informaron que los ciudadanos ultimados estaban señalados como integrantes de una banda delictiva y eran conocidos con los apodos de «el Cheche», «Munra», «Titi», «el Tobito», «el Oreja» y «el Negro».
Además «el Cheche» se encontraba fugado del penal Puente Ayala y se le había comprobado su participación en el asesinato del joven deportista José Manuel García (20 años).
En el operativo también se incautaron seis armas de fuego. Otro de los fallecidos, conocido con el apodo de «el Tobito», estaba fugado del Internado Judicial de Tocorón y tenía expediente en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Carúpano por violación e intento de homicidio. El resto de los hombres estaban ligados a delitos de robo de cajeros bancarios y quema de un funcionario de la Guardia Nacional.
Otra versión
Algunos testigos informaron a El Pitazo que la comisión de funcionarios de las Faes arribó al sector Mundo Nuevo y allanaron una casa donde encontraron a los jóvenes; luego procedió a llevárselos y estos aparecieron muertos posteriormente. Sin embargo, hace 15 días la población de Cariaco salió a protestar para pedir a los organismos de seguridad mano dura contra la delincuencia que se ha desatado en la zona.
Comerciantes y familias han denunciado en reiteradas oportunidades secuestros, extorsión y robos, entre otros delitos, hechos que han convertido el municipio Ribero en un pueblo casi fantasma.