Desde el 2018 la inseguridad se ha intensificado en las escuelas del estado Nueva Esparta. Cada vez las denuncias son más recurrentes y sobretodo luego de los períodos vacacionales o durante los fines de semana, ya que son los días donde se registran más robos, lo que activa la alerta del personal docente.
La Unidad Educativa estadal Luis Felipe Valerio Vásquez, ubicada en el municipio Tubores, es una de las afectadas desde el año 2017. De acuerdo a lo que informó su directora Ariadny Venal, cada noche el hampa se adueña de la institución. “Ya perdimos la sala de computación que instaló la empresa Movistar y poco a poco nos hemos ido quedando sin nada de valor, de hecho, no tenemos electricidad, pero así impartimos las clases, ya que no van a dejar de que nuestros niños sean educados”.
Afirmó que iniciando las actividades durante el pasado mes de enero de 2020, ya la delincuencia había nuevamente hecho de las suyas, mientras que funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) se acercaron a la institución pero solo para informar que no tienen motos ni carros para transitar por la zona, por lo que no hay garantía de que las condiciones mejorarán.
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Relató que cada vez la acción delincuencial es mas reurrente, «cuando regresamos del período de vacaciones de diciembre, los docentes llegamos a trabajar y encontramos que lo poco que dejamos antes de dicho período fue robado y dañado. Se llevaron un aire acondicionado que nos quedaba, cortaron el cableado principal y la institución quedó sin energía eléctrica, las piezas sanitarias están destruidas en su totalidad, las puertas ya no tienen cerradura«, afirmó.
Ante esta situación claman mayor protección “me duele ver el estado del liceo porque soy fundadora desde el año 2012 y es injusto que por no tener seguridad, porque el área le fue quitada al gobernador Alfredo Díaz, estemos pasando por esta calamidad, antes teníamos buenas relaciones con los cuerpos de seguridad y siempre venían a darnos una vuelta, pero desde que esa tarea quedó centralizada ya no tenemos ningún tipo de resguardo”, afirmó la docente.
Son 392 jóvenes estudiantes de primer a quinto año de bachillerato los que se ven afectados, y las consecuencias se han ido agravando pues también Venal dio cuenta del secuestro del que fueron víctimas el año pasado dos niñas cuando se dirigían a la escuela, y en ocasiones los delincuentes han dejado amenazas escritas para quien denuncie los hechos.
En todo caso la directora insiste en su llamado a las autoridades policiales para que consideren la situación de esta escuela, que por estar muy alejada de centros poblados y rodeada de terrenos vacíos es fácil para la delincuencia y está poniendo en riesgo la vida de cientos de personas, además de alejarlas del sistema educativo.