Maturín.- Un grupo de enfermeras denunció acoso gubernamental en el estado Monagas y aseguró que esta fue la causa de que el paro convocado para este miércoles 30 de octubre no fuera efectivo. El llamado no alcanzó la participación del 20% del gremio, que antes de la crisis migratoria era de 8.000 profesionales.
Luisa Elena Guerrero fue una de las tres enfermeras que salieron a protestar por un salario digno. Agarró una pancarta y se plantó junto a sus compañeras frente al Hospital Universitario Dr Manuel Núñez Tovar, donde el registro del Colegio de Enfermeras asegura que laboran 700, pero en la práctica solo asisten 200, según estima Guerrero.
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“Estamos frente a una institución donde en la emergencia solo dos compañeras están trabajando: una para el servicio de pediatría y la otra para el de adultos. Estamos hablando de que cada una puede atender a 100 pacientes en una mañana y con los insumos que los mismos familiares tienen que comprar”, expuso.
Guerrero explicó que sus compañeras están conscientes de que es en la calle donde se pelea por las reivindicaciones salariales, como es el cobro de un salario de por los menos 600 dólares mensuales. Sin embargo, asegura que el personal prefiere permanecer en su puesto de trabajo por temor a que las amenazas de despidos sean cumplidas por funcionarios de la Gobernación del estado Monagas.
“Aquí somos acosadas y lastimosamente el gremio está dividido entre oposición y gobierno, por lo que nadie hará nada. Es por ello que hoy vimos que solo muy pocas se atrevieron a salir a reclamar sus derechos en los principales ambulatorios de la ciudad. No es justo que una enfermera tenga que trabajar con zapatos de plástico o rotos”, mencionó.
Magaly Mendoza acompañó a Luisa Elena; recordó que al mes una enfermera recién graduada puede ganar 130.000 bolívares mensuales, mientras que una que tenga más estudios puede devengar 370.000. “Esa es una de las razones por las que nadie quiere trabajar en un hospital o un ambulatorio, porque el sueldo no te alcanza ni para comer ni para venir a trabajar; por eso es que todas nuestras colegas se han ido del país”, sostuvo.
Las protestantes indicaron que al menos 500 se han marchado de Venezuela sin presentar una carta de renuncia. “Nadie quiere trabajar en un sistema de salud que no te garantiza un salario digno y tampoco buenas condiciones laborales, porque en el caso del hospital, aquí se corre el riesgo de enfermarse porque hasta los cadáveres explotan”, dijo Guerrero al referirse sobre la falta de espacios adecuados para trabajar.