El deporte tomó auge en la isla de Margarita durante la pandemia y se convirtió en una alternativa positiva de alta demanda por los beneficios en la salud que genera en las personas. El senderismo es esa opción y un grupo de emprendedores lo aprovecha para combinarlo con el turismo, así crearon «Conociendo a Margarita».
Esta idea surgió en agosto de 2020 cuando Tereza Fernández, especialista en entrenamiento físico, se las ingenió para mantener activa a sus 35 alumnas, quienes ya no podían entrenar en el gimnasio debido a la cuarentena.
La mañana de un domingo decidió llevarlas a subir el Trapiche, un cerro ubicado en Tacarigua municipio Gómez de Nueva Esparta, para ejercitarse en medio de la naturaleza. «Buscamos una opción para tener una vida saludable, una mejor condición física y decidimos subir montañas. Acudieron las 35 alumnas con sus parejas y en total subimos 70 personas. Fue un descubrimiento maravilloso y ahora se ha venido sumando muchísimas personas», afirmó Fernández el 11 de mayo a El Pitazo.
La entrenadora, al ver la satisfacción de los ruteros y lo atractivo de esta manera de ejercitarse en medio de la pandemia, decidió organizar un equipo multidisciplinario que encabezara «Conociendo a Margarita« en cada aventura dominical. A la iniciativa se sumaron Ana Acosta, licenciada en turismo; Antonio Álvarez, biólogo marino; Carlos Lezma, publicista y comunicador social, y Tereza Fernández, especialista en entrenamiento físico, quienes garantizan una jornada atractiva y segura.
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Rutas, medidas de bioseguridad y beneficios
El día de la entrevista, Fernández contó que 200 personas forman parte de “Conociendo a Margarita”. «Conformamos un grupo en WhatsApp para allí informar la ruta seleccionada y las normas de bioseguridad que cada participante debe cumplir».
Pero, ¿cómo el equipo organizador escoge la montaña próxima a visitar?, pues ésta se selecciona luego de una previa exploración del lugar. «Es de allí que sacamos el nivel de dificultad que tiene para ascender y en base a eso es que sabemos que tipo de personas pueden acompañarnos a esa ruta», explicó Ana Acosta.
Esta actividad no sólo permite a sus participantes disfrutar de una ruta montañera, sino además obtener conocimientos sobre el lugar de la mano de un conocedor de la zona. Y en lo que respecta al área de la salud Fernández afirmó que son innumerables los beneficios, algunos de ellos son el incremento de capacidad física, como resistencia, fuerza y dominio.
Entre las exigencias para asistir está el cumplimiento de las medidas de bioseguridad esta el uso de tapabocas en las unidades de transporte habilitadas y previamente desinfectadas para el respectivo traslado hasta el punto de salida.
«Luego de iniciar el ascenso en la montaña mantenemos el distanciamiento de un metro y medio y las ruteros pueden retirarse el tapabocas para respirar aire puro y disfrutar el contacto directo con la naturaleza», indicó el equipo organizador.