Por: Gloria Cuenca
Contradictorios lectores, me siento obligada a decir esta verdad, la única, con relación al comunismo: todo es mentira. Esto vuelve locos a los militantes sinceros que en forma apasionada creen en las doctrinas de la izquierda borbónica (Teodoro Petkoff dixit) enarboladas por Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao, Castro y Chávez. Me refiero cuando escribo que todo es mentira en el comunismo: ninguno de los planteamientos hechos por los revolucionarios se cumplió, ni remotamente, en los países que desafortunadamente, cayeron en ese régimen. Solo quedó: miseria, hambre, ruina. Atila, pues.
Fui militante del Partido Comunista y de los sectores maoístas. Entiendo a los pobres ilusos –también, siento piedad por ellos- que insisten en creer en toda la locura que instauraron -para fracasar- los mencionados anteriormente (¿Cómo no compadecerlos? Un día, ya lejano, fui así). Los entiendo, pero no comparto ni creo sana esa actitud de especie de irredentos de la causa de la izquierda mundial, ocultando las verdades. He reflexionado al respecto y creo que deberían dedicarse a buscar una alternativa, probablemente por la vía de la socialdemocracia, con seriedad y rectitud.
Afirmo categóricamente que están al borde de una grave enfermedad mental. No se alarmen. Si consultan a un psiquiatra o a un psicólogo clínico sanos, observarán que no exagero. La negación de la realidad es una patología temible y no quiero, ni como periodista, tampoco como comunicóloga, meterme en los predios de carrera afines, distintas a las nuestras. Dejo en manos de especialistas la categorización de la enfermedad mental de esa gente. (Sin duda enfermos mentales, es curable, también la padecí).
Fui militante del Partido Comunista y de los sectores maoístas. Entiendo a los pobres ilusos –también, siento piedad por ellos- que insisten en creer en toda la locura que instauraron -para fracasar- los mencionados anteriormente (¿Cómo no compadecerlos? Un día, ya lejano, fui así)
Gloria Cuenca
No quiero dividir este artículo en dos. Seré lo más concisa en lo que me resta. Pregunto: ¿es cierto o falso que la Unión Soviética se desbarató en 1990 ante nuestros atónitos ojos y poco después eliminaron al PCUS (Partido Comunista de la URSS)? ¿Es verdad que los alemanes del este y del oeste tumbaron el muro de Berlín en noviembre de 1989, sin que lo pudiera evitar el terrible gobierno del sector comunista? Podemos comprobar que, en poco tiempo, en el lapso de un lustro, más o menos, y allí, no tan pacíficamente, desaparecieron las llamadas democracias del este de Europa, constituidas por: Rumania, Bulgaria, Checoslovaquia, Albania, Yugoslavia, Hungría y Polonia.
Hubo la guerra de los Balcanes, que fue terrible y se eliminó Yugoslavia, experimento socialista del Mariscal Tito, también fracasado, dando origen a 6 países nuevos en esa zona de Europa oriental: se trata de Bosnia, Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia y Montenegro. Checoslovaquia, por vía de la negociación, se dividió en dos, República Checa y Eslovaquia. El mapa de Europa se transformó. Hay miles de testimonios del desastre ocurrido durante el comunismo en esos países. Se quejan todos: ciudadanos, militantes y dirigentes de los partidos que sobreviven después del terror rojo. Aquí y ahora, estos desfasados en el tiempo, el espacio y el lugar, quieren revivir el cadáver insepulto del comunismo. Como si esto que narro fuera poco, (por favor, consultar en los nuevos libros de geografía y ver cómo quedó el mundo, después).
Ocurrió en Asia, más o menos al mismo tiempo, una transformación abismal, no puedo sino designarla así. Habían aparecido los llamados Tigres Asiáticos. China, que tiene espíritu de “gran nación”, no podía quedarse atrás, venía de la época del maoísmo y entonces, cambiaron el sistema al capitalismo: fuera comunas y colectivismo, fuera el gran salto adelante, muera la revolución cultural. Devolución a los campesinos de las tierras, apertura a la inversión extranjera, modificación del sistema arancelario y de exportación, estímulo al consumo y a la producción nacional y extranjera. ¡Mao se debió revolver en el Mausoleo y por eso lo sacaron de allí! 40 años después de haber cambiado el modelo del socialismo al capitalismo en la economía, China es la otra superpotencia y está cabeza a cabeza con el desarrollo de los Estados Unidos. ¿Con el comunismo? Para nada. Con el capitalismo salvaje y haciendo toda clase de horrores en materia de la explotación del hombre por el hombre o del estado contra el hombre, la mujer y los niños, tristemente lo ha logrado. Los cuentos sobre la forma como manejan las empresas nos dejan asombrados, pero ellos están felices al alcanzar a las más importantes economías de occidente. Ah, pero en lo político-ideológico siguen siendo comunistas, no hay libertad de expresión y se violan los derechos humanos. Como si fuera poco se roban los derechos de autor, las patentes y toda investigación que se produzca en occidente, en el mundo libre; por aquello de que no aceptan la propiedad intelectual. ¿Sorprendente verdad? Dios nos ampare.
GLORIA CUENCA | @editorialgloria
Escritora, periodista y profesora titular jubilada de la Universidad Central de Venezuela.