El balance y perspectivas en materia económica en Venezuela encuentran en los avances de la economía minera el elemento de mayor significación. Aparejada a la entrega antinacional de las riquezas al bloque imperialista que encabezan chinos y rusos. A cambio, entre otras cuestiones, ha recibido una buena cantidad de dólares y euros que a raudales inundan el mercado al minorista. Que decir en el mayorista.
Apuesta el chavismo a que ese fluir de dólares asegure un ambiente festivo capaz de crear un nuevo espejismo. Pero poco sólido, que no sea el oro que subasta y los dólares que recibe. El proceso productivo no arranca ya que no ha restituido el sistema de créditos ni hay suficiente mercado con tan poco poder adquisitivo en la población.
Sin embargo, puede darse un proceso de concentración de capitales, orientado de manera natural, tras la búsqueda del rendimiento de una porción de esa riqueza circulante, mediante la capitalización en un proceso productivo o de servicios. Así como la dolarización se da de manera natural, como resultado de la pérdida de su condición de signo monetario del bolívar, también puede darse que una parte de esa riqueza se convierta en capital. Eventualidad que pudiese contribuir con el ansiado espejismo que busca crear el chavismo.
Frenar un tanto la hiperinflación es un logro de cierta significación. Ya alcanzado el objetivo de reducir el salario y el escamoteo de las prestaciones sociales a los trabajadores con la hiperinflación, comienza el gobierno a frenarla.
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Seguido de lo cual se implanta la dolarización plena sin ser oficial. Fluyen los dólares, seguidos por los euros, que ya alcanzan más de tres veces el poder adquisitivo del total de bolívares en circulación, más los que se hallan en las cuentas de ahorro y corrientes. La venta de oro, rodio, diamantes, parecen ser la fuente principal. Su comercio a cambio de maletines repletos de dólares es la salida frente a las medidas punitivas de estadounidenses y europeos, con lo que se facilita el proceso.
El principal objetivo de la dictadura fue alcanzado
“Un día reunió a los socios de la empresa para decirles que las cosas estaban llegando a límites obscenos, que sus capataces ganaban el equivalente a tres litros de leche al día. Le contestaron con una risotada que no importaba porque «de todos modos esa gente no toma leche»”. Esta cita del bello escrito de Isabel Allende, Paula, da cuenta de lo que deja el pinochetismo en su primer año de liberalismo. Los obreros con salarios de hambre, sin sindicatos y en medio de una cruenta represión comienzan a vivir los oscuros años del liberalismo. En Venezuela, a nombre de un supuesto socialismo, alcanzan los mismos resultados. Salarios de hambre.
Nos hace recordar también, esta circunstancia, la expresión que se le atribuye a María Antonieta, según la cual días antes del estallido de la revolución burguesa en Francia, ante los gritos de los hambrientos en las calles de París, preguntó la susodicha a qué se debía semejante alboroto y le respondieron que era porque la gente no tiene pan, ante lo cual afirmó, “si no tienen pan… ¿por qué no comen tortas?”. Algo así nos dicen los capitostes del gobierno. Aunque debemos reconocer que acá reparten migajas. No es de extrañar que la primera combatiente sea quien brinde una frívola respuesta al estilo de la reina de Francia, frente al hambre y escasez de alimentos de las familias pobres de Venezuela.
Pues bien, lo cierto es que los salarios de hambre llegaron a Venezuela para los trabajadores. aunque el que devengan los trabajadores del Estado es muchísimo menor que los pagados a los trabajadores de la empresa privada, siendo estos de los más bajos de la economía mundial. Aún menor al que se hacen los trabajadores por cuenta propia, donde se ha concentrado el incremento del poder adquisitivo de quienes viven de su trabajo.
Así, la economía se sigue moviendo en medio de esta paradoja. Inmensas riquezas, buena parte de ellas son robadas, mientras el hambre campea y las migajas funcionan como mecanismo de un condicionamiento operante.
La crisis sigue siendo profunda, pero el gobierno cuenta con capacidad de maniobra renovadas.
La política
Lo más lamentable es que no contamos con una dirección política unificada en torno de una estrategia clara. Habiendo sido definido en sus orígenes por lo que se llamó Frente Amplio, parece haber sido olvidada.
Además, la perspectiva que brinda la política exterior estadounidense, parece afianzar la tendencia dominante con la que cierra el año. Los vaivenes se imponen, dado el proceso electoral, así como el eventual impeachment contra Trump. Lo que incide en sus decisiones a propósito del enfrentamiento a la dictadura. Para nada actúa EEUU en función de la democracia y el respeto a derecho humano alguno. Eso debe quedar claro. Así como la defensa que hacen chinos y rusos del régimen tenga algo que ver con el sentido humano. Actúan todos los imperialismos en función de sus intereses, que encuentran en el manjar que suponen las riquezas minerales de carácter estratégico un acicate que los hace más firmes en una dirección u otra.
Pero chinos y rusos parecen tener una línea más clara al respecto. No vacilan y su apoyo ha incidido en los desmanes del chavismo en materia represiva creando un cerco cada vez más cerrado contra Guaidó y la oposición. Esa parece la perspectiva que nos espera, a menos de que reaccione la oposición y retome la y la iniciativa estratégica.
Suma en contra de la perspectiva opositora que son muchos los factores que guardan esperanzas en una eventual elecciones para la Asamblea Nacional, aún con las limitaciones que siguen existiendo
El escándalo como maniobra
Sin pretender justificar corrupción alguna, esta jugada de factura chavista representa un golpe a Guaidó y su credibilidad. Este asunto debe ser atendido de la manera más transparente. Independientemente de que andamos en una sociedad polarizada en extremo, comienzan a soltarse amarras producto de las dádivas y de la ofensiva política chavista. Aunque haya zonas como la zuliana donde difícilmente quepa alguna fantasía. Difícil que penetre frente al sufrimiento de esos pueblos ante la crisis eléctrica creada por la corrupción, la indolencia, la irresponsabilidad y la falta de mantenimiento. A lo que debemos sumar la burla gubernamental para justificar tamaña catástrofe que tanto afectó a las grandes mayorías.
Sigue habiendo condiciones para la rebelión popular. No se trata de un hecho en el que algún héroe individual pueda realizarlo. Algún sacrificado por la causa democrática pueda detonar. O que algún grupo élite capaz de producir un serio daño al régimen pueda realizarlos. Se trata, por el contrario, de una gesta popular, de masas. Dadas las condiciones de descontento, cualquier evento puede conducir a un brote espontáneo que haga valer ese descontento como arrolladora fuerza huracanada buscando cambiar las cosas. Circunstancia que debe ser canalizada por una dirección política con claridad de miras y una propuesta por un mundo mejor. Esa debe ser la tarea.