Un tema pegajoso en el béisbol

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Por: Paulino Betancourt

Pareciera que hacer trampa en el béisbol es tan antiguo como el juego mismo, y el hecho de que los lanzadores modifiquen la superficie de la pelota es parte de esa larga historia. Los más recientes escándalos involucran a lanzadores que están aplicando “sustancias pegajosas” a las pelotas de béisbol, como la brea o mezclas que los mismos lanzadores confeccionan.

Durante los últimos dos o tres años, se ha vuelto tan omnipresente que un lanzador recientemente retirado estimó que un 90% de los lanzadores lo están usando de alguna manera. Sintonicemos cualquier juego de béisbol en estos días y podremos ver a un lanzador “escarbando” en su guante entre los lanzamientos, probablemente cubriendo la pelota con su brebaje elegido. 

Desde hace mucho tiempo como fanático del béisbol (¡y caraquista!), me han intrigado las noticias sobre la aplicación de sustancias pegajosas que hacen girar más rápido a las pelotas. Ciertamente, los lanzadores pueden arrojar sus bolas rápidas, curvas y sliders con más efecto que en años anteriores, haciendo que sean más difíciles de batear. Por ejemplo, Trevor Bauer de los Dodgers ha aumentado el giro en su bola rápida, de 2.300 a 2.800 rpm, ¿trampa? No hay pruebas. Ahora los bateadores de las Grandes Ligas se ponchan casi una de cada cuatro veces, en comparación con el 2005. ¿Cómo explica la ciencia esto?

Todas las sustancias pegajosas buscan aumentar la fricción y dar a los pitchers un mejor agarre de la pelota. Los dedos pegajosos de hoy son los últimos intentos de los jugadores para obtener una ventaja. Si queremos entender de qué se trata todo este alboroto, necesitamos saber algunos conceptos básicos sobre la fricción. Todos en algún momento hemos intentado desenroscar la tapa de un frasco “rebelde”. Si no hay suficiente agarre (fricción) entre los dedos y la tapa, es imposible que podamos ejercer suficiente torsión para que la tapa gire. Una forma de conseguir más torsión en la tapa es aumentar la fuerza de fricción. Un viejo truco, es usar una liga de goma para aumentar la fricción y ayudarnos a abrir estos frascos.


Desde hace mucho tiempo como fanático del béisbol (¡y caraquista!), me han intrigado las noticias sobre la aplicación de sustancias pegajosas que hacen girar más rápido a las pelotas. Ciertamente, los lanzadores pueden arrojar sus bolas rápidas, curvas y sliders con más efecto que en años anteriores, haciendo que sean más difíciles de batear

Paulino Betancourt

Algo similar hacen los lanzadores, desean más fricción entre sus dedos y la pelota. Aparentemente, están usando algunas sustancias interesantes para lograrlo, según indica el artículo publicado hace una semana en Sports Illustrated. En el artículo se señala el caso de una pelota tan pegajosa que los jugadores que interactuaron con ella, perdieron la piel de la yema de los dedos con todo y sus huellas dactilares. Pero, ¿cómo las sustancias pegajosas hacen que un lanzamiento sea más difícil de batear? 

La aerodinámica explica el vuelo de una pelota. Por ejemplo, el diseño de hoyos en las pelotas de golf, las costuras en las de béisbol y la superficie rugosa de las pelotas de tenis, afectan su velocidad y trayectoria mientras andan por el aire. El interés de agregar una sustancia pegajosa está en el hecho de que la pelota puede desviarse de su recorrido lineal, resultando en una curva, o algunas veces en una trayectoria de vuelo impredecible. La desviación lateral durante el recorrido, denominada comúnmente como “swing” o curva, es bien conocida en el béisbol. Se produce al hacer girar la pelota con respecto a un eje perpendicular a la línea de vuelo (Efecto Magnus). Todas las pelotas de béisbol giran a más de 1.000 revoluciones por minuto cuando dejan las manos de los lanzadores. Ese giro crea una fuerza, haciendo que la pelota de béisbol se mueva y se curve de manera que puedan evitar a los bateadores. 

Cuando el aire golpea a la pelota de béisbol en movimiento, no la envuelve completamente, sino que se separa de la superficie antes de llegar a la parte posterior de la pelota. Pensemos en el agua que fluye por los costados de un barco en movimiento. El agua no envuelve suavemente la parte trasera del barco, hay una estela de agua turbulenta detrás. Pero cuando un timón hace girar el barco, la estela se desplaza hacia un lado. La misma idea se aplica a una pelota de béisbol giratoria.


Trevor Bauer de los Dodgers ha aumentado el giro en su bola rápida, de 2.300 a 2.800 rpm, ¿trampa? No hay pruebas. Ahora los bateadores de las Grandes Ligas se ponchan casi una de cada cuatro veces, en comparación con el 2005

Paulino Betancourt

Un lanzador de las Grandes Ligas podría poner sustancias pegajosas en sus dedos mientras se cambia en el vestuario, pegar un poco a su uniforme o pedírsela a un compañero de equipo. ¡Aquí es donde entra en juego el engaño! Un buen pitcher puede lanzar una curva a 85 mph con una velocidad de giro de 2400 rpm. Los datos de lanzamiento disponibles muestran que algunos lanzadores han aumentado su velocidad de giro en aproximadamente 400 rpm en bolas curvas, en comparación con temporadas anteriores. Eso es un aumento del 17% en la velocidad de giro que requiere un incremento en la fricción. En otras palabras, un bateador de las Grandes Ligas que esté familiarizado con la bola curva, tienen entre 200 y 400 milisegundos, un abrir y cerrar de ojos, para decidir si realiza el swing y dónde, pero el material pegajoso y el giro extra de la bola cruzarán el plato casi 5 centímetros más abajo de lo que espera el bateador. ¡Ponchado!

El uso de sustancias ha producido una crisis en el desempeño, haciendo que el promedio de bateo de toda la liga caiga en picada a un .236. El libro de reglas de la Major League Baseball (MLB) prohíbe a los lanzadores aplicar sustancias extrañas a las pelotas de béisbol, pero los funcionarios hasta ahora han hecho poco para frenar la práctica. La MLB ya está contemplando qué hacer con todos los informes de dedos pegajosos. Los árbitros pronto podrán revisar periódicamente a los lanzadores durante los juegos.

Pero, independientemente de lo que decida la liga, el juego del gato y el ratón entre los jugadores que buscan un rendimiento mejorado y la liga que intenta atraparlos continuará, lo que se sumará a la larga lista de trampas en el béisbol.


PAULINO BETANCOURT | @p_betanco

Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat.

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