Por: Marcos Hernández López
Hablar de encuestas no es tarea fácil. Los números son dinámicos y cambiantes, se mueven según la realidad del contexto, lo mejor, hasta “hablan” dentro de su sustancia cuantitativa compleja. Muchos políticos gustan de las encuestas hasta que no les favorecen. El problema es que no la ven como una foto de un momento, muchas veces los resultados deben complacer egos. La significación que tiene una investigación de opinión pública, instrumento ventajoso y necesario no solo para el diseño de las estrategias de una campaña electoral, es buscar salidas a través de su comprensión científica a diversas crisis económicas, políticas o sociales. No obstante, esta herramienta puede ser manipulada para encauzar un “efecto encuesta”, que son aquellos sondeos forjados para generar “mentiras verdaderas” o un triunfo psicológico en los procesos electorales.
Si analizamos el contexto venezolano, la mayoría de los estudios de opinión de campo o telefónicos reflejan cómo Nicolás Maduro perdió aceleradamente el capital político electoral que heredó del fallecido expresidente Hugo Chávez. Más de 80% de la gente lo percibe como incompetente para enfrentar la magnitud de la crisis de la pandemia, económica, social y la política. La opinión hacia la gestión de Maduro según las encuestas es muy grave, son vinculantes a la desconfianza que tiene la gente hacia su régimen (79.4%), incluso existe un espacio lógico para preguntarnos cómo una gestión con tan altos números negativos en sus indicadores económicos y sociales podrá tener la suficiente fortaleza para aferrarse al poder hasta el dos mil siempre. Los dilemas germinan, seguramente serán muchos para construir profundas reflexiones.
Nuestros estudios – Hercon consultores – como todos los demás no favorecen a la gestión revolucionaria. Sin embargo, otras empresas en estudios de opinión pública (progobierno) sí la “beneficia”, pero en la esencia de los diferentes resultados cuantitativos, todos coinciden en que la oposición y no alineados son la mayor fuerza política del país y que el respaldo popular hacia Maduro se mueve entre el 15% y 12%. Además, es relevante razonar que los últimos resultados arrojados por encuestadoras todas llegan a una conclusión en sus hallazgos, la oposición aún derrotaría a Maduro por una cómoda brecha 80-20 en una nueva elección presidencial, allí un nudo crítico para una negociación que tenga salida de salida electoral presidencial.
Muchos políticos gustan de las encuestas hasta que no les favorecen. El problema es que no la ven como una foto de un momento, muchas veces los resultados deben complacer egos
Marcos Hernández López
Nuestros análisis integrales indican que la gestión de Maduro no tiene futuro cierto, tiene números demoledores, más del 90% de los venezolanos aseguran que las cosas en Venezuela van por mal camino. Maduro se encuentra atrapado en su propio laberinto, sordo y muchas veces hasta ciego. Ahora bien, la relación lógico–dialéctica convoca a Maduro a la racionalidad en sus decisiones y a “gritar” en la oscuridad que necesita de una ayuda racional porque lo que está verdaderamente en juego es un país y no un arcaico proyecto político revolucionario. En tiempos de la pandemia Maduro se mueve contra la corriente, mueve su ajedrez, hace todo lo contrario a la razón, vive desafiando al pueblo, al mundo democrático, a la historia, a las leyes, se apoya en sus diversas narrativas conectadas a la psicología inversa, apuntalado estratégicamente en el poder de las instituciones del Estado y aliados estratégicos exógenos para aferrarse en el poder.
En síntesis, según los diversos estudios de opinión y tomando como referente nuestras investigaciones, las derivaciones producto de las crisis hacen que lleguemos a conclusiones cuantitativas nada tranquilizadoras para Nicolás: perdió la calle, perdió la magia irreal que los atornilló durante 22 años en el poder, emergió el desamor y odio hacia un proyecto político que ilusionó, pero que no concretó los sueños de la justicia social, una gestión agotada moviéndose con ideas activadas en acciones perversas y contradictorias para mantener el legado de Chávez. Es evidente, Maduro gobierna en minoría gracias a su big data y estrategias de dividir a la oposición, 15% apoya estoicamente su gestión, su desafío y compromiso pareciera que es conservar la corona a cualquier costo económico, social hasta político, construyendo selectivas prácticas violentas y violatorias a los derechos humanos, como consecuencia a la ambición de poder de un configurado caos salud pública, económico y social. Todas las encuestas tienen una visión compartida según sus resultados: Las encuestas “hablan” … convocan con urgencia un cambio de gobierno nacional ya.
MARCOS HERNÁNDEZ LÓPEZ | @Hercon44
Sociólogo, docente universitario | PhD Gestión de Procesos | CEO Consultora Estudios de Opinión.