Por Eduardo Battistini*
El solo hecho de que la propia Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidad, Michelle Bachelet, haya venido al país a constatar la situación es una aceptación por parte de ese organismo multilateral que Venezuela tiene serios problemas en materia de Derechos Humanos.
El destacar de manera permanente en el país dos funcionarios de la oficina de Derechos Humanos de la ONU para seguir monitoreando la situación frágil de los derechos humanos en Venezuela es un compromiso claro de que el informe no será un saludo a la bandera sino algo contundente y apegado a la realidad.
En su discurso, Bachelet claramente demarca los problemas que tenemos los venezolanos para lograr un acceso a la justicia, incluso expresamente señaló que fue doloroso ver el anhelo de justicia de los familiares de victimas ante las violaciones a sus derechos humanos.
También señaló que hay que revisar el funcionamiento de la Comisión Nacional para la Prevención de Torturas, esta afirmación es un claro reconocimiento a que en nuestro país existe la tortura como política violatoria de los derechos humanos.
La Alta Comisionada hizo un llamado para liberar a todas las personas que se encuentran ilegalmente detenidas y que son presos políticos. Con esto, reconoce ante el mundo la existencia de personas privadas ilegalmente de su libertad por expresar su opinión política.
Bachelet declaró que de todos los testimonios recogidos le queda claro que la situación de emergencia humanitaria en el país se ha deteriorado . Habló de la precariedad de los servicios de salud y de los servicios públicos.
Hay un detalle en su declaración que lanza por el piso el argumento de la dictadura de que la crisis es culpa de las sanciones. Textualmente dijo “las causas de esta inmensa crisis, que se han exacerbado desde el 2013” lo que reconoce que no tienen que ver con las sanciones.
Cuando la Alta Comisionada habla de escepticismo sobre diálogo está reconociendo lo que desde la oposición y desde la mayoría del pueblo venezolano hemos expresado sobre no avalar diálogos que le hagan ganar tiempo a la dictadura como ha sucedido anteriormente.
Cuando Bachelet se refiere al diálogo no lo hace en términos de coexistencia o de cohabitación , claramente lo enfoca en que den como resultados una salida a la crisis política. Que, como hemos planteado, es cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.
Es entendible la frustración de ver a Bachelet retratada con personajes de la dictadura. Pero no olvidemos que precisamente estamos en dictadura. Para que ella pueda ingresar y desnudar al régimen con su informe hay precios que pagar, y ese costo ella lo está asumiendo
Sobre quienes dicen que Bachelet no reconoció a Juan Guaidó cómo presidente encargado, la Alta Comisionada representa a un organismo multilateral como lo es la ONU, organización que no ha reconocido a Guaidó en ese condición. Por lo tanto ella no podía hacer nada distinto.
Mientras desde la dictadura hablan de Asamblea Nacional en desacato, la Alta Comisionada se reúne con todas las fracciones políticas representadas en el parlamento, desde la sede del Palacio Federal Legislativo, dándole un duro golpe a la dictadura.
Respeto a quienes quieran decir que esta visita fue un desastre y le dio legitimidad a la dictadura, pero no puedo compartir esa apreciación basado en lo que anteriormente les he comentado. El 5 de julio estoy seguro estaremos hablando de lo importante que fue esta visita.
*Ex concejal de El Hatillo y miembro de Primero Justicia
@ebattistini
