Ocupación de la UCV, el nuevo campo de batalla

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Por: Angeyeimar Gil


Salir de noche, en la penumbra, es una forma natural de actuar para la delincuencia. Este Gobierno actúa así, es su naturaleza. Su reciente «visita» a la Universidad Central de Venezuela (UCV) por la noche fue una muestra de ello, pero también de que saben que ese es un espacio en el que no serán celebrados ni aplaudidos.

La UCV ha sido y seguirá siendo la casa del pensamiento y de la libertad, en la que ninguna dictadura tiene cabida si no es entrando a escondidas o de forma violenta, directa o indirectamente, a través de una toma, de intervenciones presupuestarias o de seudorreparaciones como fachada para una intervención insolente. La UCV ha sido ocupada actualmente por el Gobierno y esto requiere una respuesta contundente de la comunidad.

Primero la destruyeron, asfixiando económicamente, desmantelando las providencias estudiantiles, desapareciendo el salario del personal universitario, generando las condiciones para que no se hicieran los mantenimientos necesarios, limitando su autonomía con imposiciones legislativas e interfiriendo en la vida democrática —siempre autónoma— de la universidad.

Así, lograron envejecer y degradar a las autoridades tras 12 años de gestión, acompañado del vandalismo que progresivamente se apoderó del campus, destruyendo baños, robando cables de internet, computadoras, laboratorios, puertas, cerraduras. Cuando solo quedaba el espíritu académico de la comunidad, debilitado también por la crisis económica nacional, es cuando se presenta el Gobierno a «rescatarla». Intenta aparecer como «el salvador». Es cínica su forma, como siempre. Es descarada y vergonzante. Pero la comunidad universitaria no es tonta.

Contra la autonomía y el pensamiento científico

La intervención de la dictadura no se reduce a presupuesto y legalidades. Impuso en las distintas casas de estudio universitarias la equiparación de los “saberes” y la búsqueda de la verdad científica. Esa fue una intervención filosófica también. Una degradación del pensamiento académico. Impuso la destrucción del pensamiento crítico y del pensamiento científico en todas las áreas del conocimiento.

Muestra de ello es la poca la fuerza que existe en la universidad para enfrentar, en el terreno filosófico, al chavismo-madurismo. La principal crítica que se le hace al Gobierno es más bien una ayuda para sus integrantes. Por ejemplo, la denuncia de que son comunistas o socialista los ayuda. Mientras más lo afirman desde la universidad, más afianzan el engaño del poder. Esa fue su coartada para llegar y mantenerse por más de 20 años, aunque su práctica política y económica no se corresponda con el discurso.

Frente a la afrenta contra la autonomía, la comunidad universitaria no ha tenido la reacción necesaria ni ha mostrado la fuerza y el descontento que siente. Ni las autoridades ni los gremios ni los estudiantes han asumido la vanguardia. Uno que otro ha levantado la voz, un comunicado o una acción, pero sin el impacto y músculo que necesita y tiene la UCV.

No se ha mostrado la fuerza necesaria, porque la estrategia del Gobierno está bien orquestada. La destrucción estructural paraliza y encierra a la gente en sus casas. Apagones, falta de efectivo, decadentes servicios públicos, falta de gasolina, el hambre y la pobreza logran que las acciones de la gente se reduzcan a la supervivencia. La acción política desaparece. La política para la construcción de la sociedad desaparece. La política real, la organización y la participación de la gente, se ha adormecido y esa ha sido parte de la estrategia del régimen.

Ocupemos la universidad

La ocupación de la universidad por las huestes maduristas debe ser enfrentada por los militantes del pensamiento y de la ciencia. Debe ser enfrentada por toda la comunidad universitaria unida. Debemos ocupar nosotros el campus, es nuestro espacio.

Dijimos que el regreso a la universidad pasaba por condiciones mínimas de mejoras en las condiciones de vida de la comunidad universitaria. Pero hoy tenemos una situación distinta y urgente que atender: es esa intervención disfrazada de reparación de la UCV. La principal tarea es estar en la universidad, pero no en la normalidad universitaria, sino trabajando para que desde ella organicemos la batalla por rescatarla.

La presencia, la gente, es lo que podrá establecer una estrategia de enfrentamiento a la ofensiva dictatorial, que nombró una nueva ministra con currículum en la destrucción democrática del país. También frente a la intención de imponer una “protectora” para la UCV. Los gremios y organismos ya nucleados que pertenecen a la universidad deben ser los primeros llamados a enfrentar las aspiraciones interventoras.

Luego de ellos, la comunidad profesoral, por su nivel de conciencia, y desde ellos incentivar en la comunidad estudiantil la necesidad de reactivar a la universidad, no solo para la formación académica de los profesionales para el país, sino, y en primer lugar, para rescatar el espacio de libertad de conciencia, contestatario frente al poder establecido, irreverente y dispuesto a luchar por la educación y por el país, como ha sido su historia. Es la comunidad universitaria quien protege y protegerá a la UCV.


ANGEYEIMAR GIL | @angeyeimar_gil

Docente de la Escuela de Trabajo Social de la UCV. Trabaja como investigadora en la Red por los Derechos Humanos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Redhnna)

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