Por: Sandra García
La Unión Europea y los países miembros del G7 y Australia continúan con su firme intención de ahogar la economía rusa con el objetivo de impedir que siga financiando su invasión en territorio ucraniano.
La nueva medida sancionadora tomada en contra de Moscú sitúa el tope de venta del precio del petróleo ruso en 60 dólares, máximo que se actualizará según se mueva el precio de mercado para evitar que el tope se ubique por encima de dicho precio.
A pesar de que el ministro de Finanzas ruso, Antón Silúanov, opina que es pronto para valorar las consecuencias sobre el presupuesto del país, el Banco Central de Rusia admite que la medida podría impactar significativamente en la economía de la nación.
Respuesta del Kremlin
Lo cierto es que Vladímir Putin prohibirá firmar cualquier contrato que opere bajo el tope impuesto y estudia una respuesta acorde con la imposición de tal sanción.
Además, en cuanto a que la medida tenga alguna repercusión en su operación militar, el presidente Putin se muestra rotundo al afirmar que no supone ningún obstáculo para su incursión, muy al contrario de lo que, en su opinión, sucederá con las materias primas, que encarecerán su precio y terminará perjudicando el bolsillo de los consumidores en un invierno que solo acaba de comenzar. Estas afirmaciones resaltan lo perjudicial de la medida para la Unión Europea y sus aliados mientras minimizan el efecto que tendrá para la propia Rusia.
Una sanción bien medida
Occidente se encuentra en una encrucijada en la que intenta limitar la capacidad del Kremlin, pero a la vez trata de no reducir en exceso la oferta mundial de petróleo para evitar alimentar el crecimiento de la inflación. Por ello algunos analistas califican la medida como ciertamente descafeinada.
Y es que, al parecer, el coste de producción para Rusia se situaría en una horquilla que va entre los 22 y los 44 dólares y lo vende por algo más de los 60 dólares por barril impuestos, por lo que la medida no perjudicaría en exceso al país y la oferta de crudo debería seguir su flujo.
Rusia no podrá exportar petróleo a Europa por vía marítima
Por otra parte, la sanción afecta únicamente el petróleo suministrado por vía marítima, es decir, no se aplica al crudo transportado por los oleoductos que suministran a la República Checa, Eslovaquia y Hungría, que lo reciben por medio del oleoducto Druzhba.
Mientras tanto, Rusia no se muestra intimidada mientras explora nuevos mercados alternativos, además de haber aumentado el suministro a la India, Turquía, China, Oriente Medio y África.
Por otra parte, en su última reunión, la OPEP y sus aliados acordaron mantener el recorte en la producción hasta finales del próximo 2023, argumentando que su decisión se basa en las débiles perspectivas económicas.
Esta decisión supone el mayor recorte en la producción desde el inicio de la pandemia por COVID-19, y a pesar de que la OPEP+ defiende que la decisión está tomada únicamente sobre la base de criterios de mercado, son muchas las voces que se han alzado en contra, acusando a la organización de subir los precios del petróleo y alimentar la inflación.
Efectos en el mercado
A pesar de haber experimentado algunas jornadas con rebotes, el petróleo Brent se mantiene por debajo de los 80 dólares y algunos expertos temen que llegue a cotizar en niveles inferiores a los registrados en el mes de enero.
Por su parte, el crudo West Texas Intermediate también ha tocado mínimos anuales a lo largo de estas semanas. Ambas referencias mundiales se sitúan muy lejos de los 140 dólares a los que cotizaron en las primeras fases de la guerra en Ucrania; pero además, la caída ha borrado todas las ganancias de este año.
Al mismo tiempo, el temor ante una próxima y profunda recesión mundial lleva a los inversores a reconocer un importante recorte en las materias primas, lo que rebaja aún más los precios de los contratos a futuro, y todo ello a pesar del anuncio de China de relajar las medidas restrictivas frente a los contagios por COVID. El anuncio no ha relajado el ánimo de los inversores, que no se muestran optimistas y reflejan la merma en el apetito por el riesgo al tomar posiciones en el mercado.
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