Por: Glenda Fermín
Rusia ataca a Ucrania, y comienza con ello la barbarie, la situación de dolor y el drama del éxodo de muchas familias ucranianas. La migración es una realidad que, a pesar de las distancia geográficas y culturales que separan a ambos pueblos, los venezolanos sienten cercana: esa enorme necesidad de refugio. Se trata de una demanda a la que Europa y el mundo debe dar respuesta.
Europa se debate entre la disociación de la protección de la frontera vs el respeto a los Derechos Humanos.
En Venezuela no existe una guerra, pero existe una situación de crisis generalizada que se centra, entre otros aspectos, en una absoluta desprotección de aquellos ciudadanos que manifiestan su disidencia, que son objeto de amenazas y sobre quienes pende la posibilidad, al menos, de un arresto arbitrario sin garantía alguna.
Todo ello ocurre, además, al margen de los problemas generados por la violación de dos derechos básicos como son la salud y la alimentación. En especial es preocupante la situación de colectivos vulnerables como los ancianos, las personas sometidas a tratamiento médicos especiales y los niños
A la situación de Venezuela, España dio respuesta a través del proceso de Protección Internacional, donde es necesaria la petición de una cita por medio de una plataforma que la mayoría de las veces es milagrosa, y ante la que debemos armarnos de paciencia.
El retraso en la asignación de citas para formalizar ese asilo, en algunas provincias, es de meses; incluso, hasta de un año. Sin embargo, una vez denegada la solicitud podrá otorgarse una autorización por razones humanitarias de protección internacional, luego del largo viacrucis del procedimiento.
Hoy no puedo menos que soñar que se dé para los nacionales de Ucrania, aquello que soñé para los míos:
- No iniciación de expedientes sancionadores por estancia irregular (expedientes de expulsión, deportación), paralización de los ya iniciados, así como por supuesto no intento de ejecución de resoluciones de expulsión, ante la realidad del país de origen.
En el caso de Venezuela, ACNUR, en su «Nota de Orientación sobre el flujo de Venezolanos”, afirma que «en vista de la situación actual en Venezuela, el ACNUR hace un llamamiento a los Estados para que les garanticen a las personas beneficiarias de estas formas complementarias de protección, protección temporal o acuerdos de estancia, visado o mecanismos migratorios laborales que no sean deportados, expulsados, o de cualquier otra manera forzados a retornar a Venezuela, de acuerdo con el derecho internacional de los refugiados y del derecho de los derechos humanos».
2. Un sistema ágil para presentar las solicitudes de Protección Internacional (asilo) que no represente meses de espera, con el inmediato respeto al Derecho Internacional sobre los beneficios de la figura que no solo incluyen ese principio básico de no devolución.
Deseo profundamente que España dé una respuesta generosa a la concesión de ese derecho, evitando ese viacrucis de los venezolanos, para poder obtener al final una autorización por razones humanitarias- Actualmente, la autorización es denegada a muchísimos venezolanos que han llegado de un tercer país, a pesar de que en la práctica los venezolanos dentro de España, a la fecha de hoy, son inexpulsables.
Ojalá, España dé el ejemplo.
Glenda Fermín / @glendaferminabogada
Abogada venezolana. Especialista en Derecho de Extranjería de la Universidad de Granada y máster en Derecho Migratorio de la Universidad Autónoma de Madrid.
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