Malas elecciones | Parte I

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Este ha sido un año intenso para Latinoamérica. Como cada cierto tiempo, nuestra región se ve repleta de elecciones. En términos de ideología, las opciones son bastante tradicionales: los ciudadanos de estos países debemos elegir entre la derecha, casi siempre conservadora, y una izquierda con bastante cohesión regional, heredera tardía y atrofiada de la época dorada de la izquierda que irrumpía con fuerza en nuestras democracias, justo al final del siglo pasado.

Las elecciones del 2021 han sido de todo tipo: legislativas, municipales, regionales, presidenciales y hasta constituyentistas. Pero más allá de repasar los resultados, que han dejado a más de uno sin forma de entender la complejidad política de la región, revisemos brevemente qué lecciones nos han dejado nuestras malas elecciones.

Ecuador

La temporada latinoamericana la abrió este pequeño y dolarizado país. Un caso obviamente muy particular. La contienda en primera vuelta fue clásica entre la izquierda correísta, representada por Andrés Arauz (primer lugar en la primera vuelta, aunque perdió al final por 400.000 votos); la derecha liberal, representada por el exitoso banquero Guillermo Lasso; y una irrupción importante del movimiento indigenista y ecologista, representado por el abogado Yaku Pérez. Al final Ecuador decidió darle una oportunidad a la tecnocracia respaldada por experiencia: Lasso no solo ha tenido una presidencia con una política económica aceptable, sino que ha puesto el énfasis en la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad, aunque ha encontrado grandes obstáculos. La lección: la izquierda sigue al acecho, y si le dan la oportunidad, volverá al poder.

El Salvador

El salvadoreño Nayib Bukele limpió su pasado socialista, y hasta en la derecha venezolana fue recibido con aplausos por sus declaraciones contra Maduro. Pero a punta de una popularidad apabullante, gracias a la cual logró la mayoría parlamentaria, destituyó a jueces de la Sala Constitucional y al fiscal general el mismo día en que se instauró un congreso a su favor. Tan escandaloso fue el episodio que Estados Unidos llamó la atención de Bukele y este convocó a una reunión urgente con todos los embajadores presentes en el país. En ella explicó que aunque parecía un asalto del Ejecutivo a los demás poderes, en realidad era la mejor manera de depurar al poder judicial de jueces comprometidos con los partidos que gobernaron antes que él.

Lo que ha venido después: acusaciones e impuestos a la prensa libre salvadoreña, prohibición temporal de las protestas (después de las últimas manifestaciones contra la política del bitcóin) y ahora hasta se habla de persecución selectiva de corruptos (presos políticos). La lección: por ideal que parezca, nunca le des el poder a una sola persona.

Bolivia

Después de la vuelta de los socialistas del MAS al poder, la persecución contra la expresidenta Jeanine Áñez y sus colaboradores ha sido absoluta. Pero este año han tenido elecciones locales y regionales, y en ellas el oficialismo liderado aún por Evo Morales logró solo 3 de las 9 gobernaciones, pero rompió récord al asegurarse el 70% de las alcaldías. Aunque el oficialismo no logra una ventaja absoluta, la oposición está claramente segmentada, y como partido, el MAS sigue siendo la primera fuerza política. La lección: una oposición fragmentada favorece al partido en el poder.

Perú

Aunque a simple vista parecía la típica dialéctica derecha-izquierda, en realidad Perú tuvo la oportunidad de decidir entre dos pésimos candidatos, ambos populistas. En la primera vuelta hubo de todo un poco: desde la derecha xenófoba y conservadora hasta la izquierda del siglo XXI, y claro, también un par de buenos candidatos experimentados y preparados. Pero a la segunda vuelta la decisión era más simple: volver al pasado estable que prometía Keiko Fujimori o probar con un socialista totalmente desconocido, Pedro Castillo. Para los peruanos la decisión no fue fácil y por eso la contienda estuvo muy ajustada. Sin embargo, al final prefirieron al desconocido, aunque fuese socialista. La lección: frente a un corrupto conocido siempre será mejor un desconocido, aunque sea probadamente ignorante.

México

El partido Morena, del socialista Andrés Manuel López Obrador (más conocido como Amlo), logró aumentar de 6 a 16 las gobernaciones bajo su poder, pero perdió la mayoría calificada (75% de las curules) en el congreso y la ciudad capital se mostró claramente dividida a la mitad.

A mitad de su mandato, Amlo muestra aún un solido respaldo popular, pero sus controversiales reformas ahora no podrán aplicarse alegremente porque necesitará el apoyo de la oposición y es difícil que lo logre. Han pasado tres años de este gobierno de izquierda y sus ataques a la prensa y al tribunal electoral se han recrudecido, los casos de corrupción impune han manchado hasta a los hermanos del presidente y sus principales promesas electorales no se han cumplido, pero el mexicano común aun cree en él. La lección: el discurso y la propaganda gubernamental mantiene obnubilada a las masas.

Moisés Chocrón Fernández | Twitter: @chocterapia
Internacionalista y oficial retirado de la Armada

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