Ocho días después de que se conociera la noticia de la detención de Francisco Convit, directivo de Derwick, de la empresa mixta petrolera Petrozamora e implicado por la Fiscalía de EE. UU. en el caso de la estafa de $1.200 millones a Pdvsa, no se cuenta con una información oficial que confirme o niegue su captura en el aeropuerto de Maiquetía y su posterior libertad en la sede del Sebin.
De esta historia solo queda el registro de información en redes sociales y páginas web realizado por periodistas y medios, pero ni el fiscal designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, ni el director del Sebin, el general Gustavo González López, han dado algún detalle del hecho, por lo que lo ocurrido queda en el profundo hoyo de las informaciones extraoficiales.
De acuerdo con la información que publicó en su tuit la madrugada del domingo 26 de enero el periodista de Panampost Orlando Avendaño, Convit fue capturado por el Sebin el sábado 25 de enero en la terminal aérea.
A las 2:16 pm de la tarde del domingo 26, en la cuenta de Twitter @latablablog, que en su perfil se presenta como “Plataforma de #periodismodedatos #LaTabla Premio Nacional de Periodismo #Venezuela 2016” (galardón que les entregó Nicolás Maduro, luego del dictamen de un jurado conformado por personalidades vinculadas al oficialismo), confirmaban la captura de Convit, atribuida a la Policía Nacional Contra la Corrupción y al Ministerio Público.
El día 27, la misma cuenta reconfirmó el procedimiento, con información que les suministró “una fuente de alto nivel ligada al proceso judicial penal”. Además, en un hilo de tuits, se lee un relato de las supuestas relaciones de Convit con los hermanos Julio y Alfredo Volante Zuloaga y Álvaro y Adolfo Ledo Nass, y el empresario Luis Fernando Vuteff, yerno del dirigente político de oposición Antonio Ledezma. Según esta versión, todos los mencionados estarían vinculados con el lavado dinero de recursos provenientes de Pdvsa.
Los responsables de la La Tabla enlazaron esos hechos al caso #MoneyFlight (estafa de $1.200 millones a Pdvsa y su posterior lavado), por lo que mencionan al primo de Convit, Alejandro Betancourt, y sus intentos de parar una investigación en su contra que adelanta el Departamento de Justicia de EE. UU. a través del abogado de Donald Trump, y de un supuesto financiamiento a Juan Guaidó. No obstante, no mencionan que Raúl Gorrín, presidente de Globovisión, y Mario Bonilla, amigo de los hijastros de Maduro, también son reseñados en el expediente presentado en Miami y en medios internacionales como partícipes de ese hecho.
Ese 27 de enero, desde Florida, el Nuevo Herald publicó unas declaraciones del comisionado especial de Seguridad e Inteligencia de Juan Guidó, el comisario Iván Simonovis, quien afirmó: “No hay información precisa sobre la detención, pero lo tienen bajo custodia”.
Hasta aquí el relato de lo que se sabe de la detención de Convit. Pero esa cronología no termina de aclarar cuál fue la causa de su casi segura captura, si nos apoyamos en los hechos ya contados. Ni tampoco, debido a la falta de información, se sabe si está en libertad, más allá de la información que una fuente nos suministró el martes 28 de enero, cuando supuestamente se produjo la liberación del empresario.
Sobre los hechos que llevaron a su detención, pareciera que nadie tiene una respuesta clara. Lo que sí debo descartar es la hipótesis que creía más clara, partiendo del hecho de que se suponía, al principio, que Convit intentaba viajar fuera del país. Sin embargo, se conoció que tomaría un vuelo dentro del territorio nacional, a Margarita.
Si Convit viajaba fuera del país, corría el riesgo de ser capturado y llevado ante la justicia estadounidense para que declarara en el caso Money Flight. Su testimonio de seguro ayudaría a los fiscales a obtener más detalles de la participación de los hijastros de Maduro en el supuesto lavado de $160 millones. Pero también acabaría con los esfuerzos de su primo y socio, Alejandro Betancourt, de bloquear cualquier investigación en su contra.
Además, Convit, según nuestras fuentes, no solo sería útil para alimentar el expediente de Money Flight, sino también la investigación que los estadounidenses siguen por el presunto lavado de $4.500 millones a Luis e Ignacio Oberto, exsocios de Betancourt López y Gorrín, separados por desencuentros sobre el manejo de los negocios con Pdvsa, en los cuales, uno de los factores común es precisamente el primo de Convit.
Descartada la hipótesis del viaje fuera de la frontera venezolana, surge una segunda hipótesis. El pase de factura o un gesto de advertencia de algún factor del oficialismo hacia Convit, por alguna deuda o favor pendiente.
Algo similar ocurrió con el banquero Víctor Vargas, cuando fue llevado desde el aeropuerto de Maiquetía al Sebin en diciembre de 2016, para rendir unas declaraciones que nunca ofreció, pero que tres años después se supo que ese traslado a la sede de la policía política estuvo ligado a unos negocios financieros en los bancos internacionales de Vargas con dinero depositado por ahorristas venezolanos.
Como ya lo dijimos, la última información sobre Convit es que se encuentra en libertad. Para ser liberado intervinieron pesos pesados del poder oficialista. Pero hasta ahora nada es oficial, por lo que no sería de extrañar que tanto Convit como su familia y su entorno de apoyo mediático nieguen que la aprehensión sucedió, así como su primo, Alejandro Betancourt, desmiente aquel procedimiento que la Dgcim hizo en diciembre de 2017 en la sede de Derwick en Chacao.
César Batiz es periodista egresado de la Universidad del Zulia, especializado en Periodismo de Investigación. Director de El Pitazo. @CBatiz