Por: Marcos Hernández López
La temática de nuevos y viejos actores en los contextos político y social se conecta al análisis complejo de lo socio histórico en Venezuela. Si nos enfocamos en la era postmoderna, este tema termina de fraguar gracias a las ideas y acciones de la sociedad civil, como nuevo actor. Germinó con la crisis de legitimidad de las instituciones desde la década de los años ochenta y el crecimiento descontrolado del antipartidismo, en la medida en que se exigía la reivindicación en la participación directa de los ciudadanos, perspectiva en parte “concretada” en su inserción en la nueva Constitución 1999.
En su devenir histórico, las situaciones revelan que los nuevos actores se mueven entre el campo político y social, ya que su identidad misma entra en juego al cambiar los parámetros de sus relaciones con sus bases, con otros actores y con las instituciones. Al entrar en el complicado y contradictorio juego de la política y el poder.
En el año 2019 emerge con fuerza un grupo de nuevos actores políticos que conectados con la aspiración de cambios logran articularse y agitar el contexto político con mucha fuerza contra el régimen de Maduro. No obstante, los intentos encauzados por los nuevos actores en el año 2019 y 2020 fueron totalmente fallidos en sus objetivos, fracasaron las estrategias endógenas y exógenas. Una vez más el régimen le ganaba el ajedrez del poder. Toda esta realidad se conecta de manera directa al apoyo militar, la alianza ha logrado transformar la relación cívico militar concebida por el extinto presidente Chávez en una relación en la que los civiles están subordinados a los militares, quienes ejercen el control político y constituyen el principal eje en el soporte de la revolución bolivariana.
Las expectativas de una salida rápida de Maduro difundidas por los nuevos y viejos actores políticos se desvanecieron una vez más en Venezuela. Hoy el país se encuentra en una combinación de militarización autoritaria con un pragmatismo económico que llevó a una dolarización de hecho de la economía, contradictoriamente bajo incluso la presión social en las calles.
En el año 2019 emerge con fuerza un grupo de nuevos actores políticos que conectados con la aspiración de cambios logran articularse y agitar el contexto político con mucha fuerza contra el régimen de Maduro. No obstante, los intentos encauzados por los nuevos actores en el año 2019 y 2020 fueron totalmente fallidos en sus objetivos
Marcos Hernández López
Son muchos los eventos que han sucedido desde la última elección parlamentaria de 2015 hasta hoy. Uno de los fenómenos más significativos ha sido la progresiva despolarización de la política nacional. El chavismo no madurista estaba acostumbrado a ganar en todos los escenarios electorales, ahora la mayoría tiene una posición crítica en contra de la gestión de Maduro. Se debe valorar que esta mayoría de chavistas originarios tienen firmes convicciones democráticas y muchos creen que la salida a la crisis no es la permanente confrontación política y menos pensar en el poder indefinido, sino se debe convocar elecciones como mecanismo de cambio y rescate del voto.
La dinámica apunta a que el entrelazamiento entre los nuevos actores y viejos actores será una mixtura para la reacción defensiva y tal vez definitiva frente al avance del proyecto totalizador de Maduro, representado estratégicamente en su Asamblea Nacional. Es irrefutable, Venezuela vive una turbulencia social, el país transita una crisis de crisis. Según las posturas políticas, los nuevos actores en alianza con los viejos actores se han convertido en un muro de contención incluso para su proyecto del Estado Comunal o ciudades comunales, el régimen podrá tener una fecha para sus propuestas, lo que no tiene es pueblo, se quedó sin un significativo capital político sólo le queda tratar de seguir ganando elecciones en minoría e imponerse a la fuerza en sus sueños de terminar de crear su proto socialismo.
MARCOS HERNÁNDEZ LÓPEZ | @Hercon44
Sociólogo, docente universitario | PhD Gestión de Procesos | CEO Consultora Estudios de Opinión.