Los fertilizantes ponen al mundo bajo presión

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Por: Paulino Betancourt

Los fertilizantes producidos industrialmente, a menudo denominados fertilizantes inorgánicos, son un pilar de la agricultura moderna, ya que proporcionan nutrientes clave (en particular, nitrógeno, fósforo y potasio) que los cultivos necesitan para crecer. Estos nutrientes suelen agotarse en los suelos cultivados debido a las reiteradas siembras que causan su degradación, así como la erosión del suelo, por tanto los agricultores confían en su uso para mantener la productividad. Sin embargo, los precios de estos recursos vitales han alcanzado un máximo histórico y los agricultores en Venezuela y del resto del mundo, están sintiendo la presión.

Los precios de los principales fertilizantes, como el nitrato de amonio, aumentaron un 200 % en comparación con el año 2021, lo que obligó a los agricultores a gastar más para cultivar. La crisis actual ha sido provocada por una serie de causas, incluida la guerra, ya que Rusia, Bielorrusia y Ucrania son grandes exportadores de fertilizantes. Además, el aumento de los precios de la gasolina debido a la guerra, ha ejercido una mayor influencia sobre los abonos nitrogenados, ya que algunos de ellos se producen mediante métodos que consumen mucha energía.

Si bien los costos se han comenzado a estabilizar, los precios de los fertilizantes a base de fosfato continúan aumentando. Este fuerte incremento amenaza con inflar aún más los precios de los alimentos, exacerbando la crisis del costo de vida existente. Muchos agricultores nacionales están descubriendo que los fertilizantes se están volviendo prohibitivamente caros y sienten que no se toma la situación con la importancia que amerita.

China, responsable de un 24 % de la producción mundial de fosfato, prohibió la exportación de fertilizantes el año pasado en un intento por combatir el aumento de los precios internos, lo que estimuló aún más las subidas de precios a nivel internacional. Mientras tanto, el mayor productor de fertilizantes del mundo, la empresa canadiense Nutrien, ha tenido problemas para exportar sus productos debido a las huelgas ferroviarias.

Si bien los países desarrollados están experimentando los efectos, la situación es más pronunciada en las naciones en desarrollo. A nivel mundial, el acceso y uso de fertilizantes químicos está lejos de ser equilibrado, con muchos países experimentando déficits. Cada vez más, los agricultores en los países en desarrollo se han visto afectados por el precio, recurriendo a otras estrategias o simplemente sembrando sin fertilizantes, lo que agota más rápidamente a los suelos cultivables.

No solo tiene un impacto directo en la alimentación y la agricultura, sino que la crisis de precios también exacerba las tensiones políticas existentes a nivel mundial. El mes pasado, las protestas contra el aumento de los precios de los fertilizantes y los combustibles en Perú se tornaron violentas, cuando la policía se enfrentó a los manifestantes en un intento de imponer el toque de queda. Las protestas en Perú han resultado en al menos seis muertes desde que comenzaron, a medida que aumentan las tensiones entre la población y sus gobernantes.

Protestas similares, aunque menos violentas, se dieron en Grecia en el mes de marzo. Así como en Sri Lanka el año pasado, donde el gobierno eliminó los subsidios a los fertilizantes, lo que resultó en grandes pérdidas para los agricultores. Si bien esto finalmente se revirtió, la actual crisis política y económica de Sri Lanka y las intensas protestas contra el gobierno en la capital, señalan que muchos agricultores aún no tienen acceso a los recursos que necesitan.

La crisis demuestra claramente la necesidad de reducir la dependencia mundial de los fertilizantes inorgánicos de manera sostenible y equitativa, en particular para los agricultores de los países del tercer mundo, incluyendo a Venezuela. Una vía potencial es promover interacciones naturales entre cultivos, nutrientes y microorganismos en el suelo que mejoren su absorción.

Los científicos se esfuerzan por optimizar estas asociaciones microbianas beneficiosas para mejorar, de manera sostenible, la productividad de los agricultores. Si bien la investigación continúa para reducir la necesidad de fertilizantes inorgánicos en la agricultura, los precios siguen siendo altos y los agricultores de todo el mundo continúan bajo presión. Todo ello podría llevar a una disminución significativa de alimentos en el planeta. ¡Urge que los gobiernos tomen cartas en el asunto!


PAULINO BETANCOURT | @p_betanco

Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat

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