Lo preocupante y lo rescatable del año escolar

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Por: Luisa Pernalete

Educar nunca ha sido fácil, pero educar en medio de una pandemia, y también con años en medio de una emergencia humanitaria compleja, y luego de casi dos años de educación a distancia, ha supuesto un año escolar especialmente difícil para los educadores venezolanos.

Primero, hay recordar que la educación en emergencia en este país no comenzó en marzo del 2020. Cuando se decretó la suspensión de las clases presenciales, ya llevábamos varios años con la rutina escolar perdida:  jornadas incompletas para los estudiantes; alumnos con asistencia irregular por diversas causas; abandono de cargos por parte de los docentes principalmente por los bajos salarios; centros educativos robados; infraestructura en muy mal estado: escuelas sin agua… Dígame usted, ¿todo eso empezó en marzo del 2020? Añádase lo que significaron esos casi dos años de educación a distancia. Veamos algunos aspectos.

Los docentes reportaron que los estudiantes tardaron en volver a las aulas. Algunos por miedo al contagio con el COVID-19, otros por los problemas de no tener uniforme completo, otros por problemas de transporte público. Otros nunca volvieron. Y en las semanas de diagnóstico, al menos las planificadas en los centros de Fe y Alegría, se encontraron con que los chicos habían vuelto sin hábitos, con desaprendizajes, sobre todo los más pequeños.

Tener clases a distancia se volvió complicado por las dificultades de acceso a internet. Hay que decir que no en todos los centros se tuvo clases los 5 días de la semana. Fueron muchos los estudiantes que asistían uno o dos días a la semana a clase, por falta de condiciones en el centro educativo, por falta de maestros…

Los abandonos de cargos se siguen dando, y decimos abandono y no “renuncias”, porque según organizaciones gremiales a veces los docentes simplemente dejan de ir sin presentar carta de renuncia. En el caso de Fe y Alegría, las mayores vacantes se han tenido en bachillerato, en las materias de siempre, matemáticas, física y química, y sobre todo en las técnicas, pues un técnico gana más en un día de trabajo en su área, que en 15 días trabajando en aula.

El tema de los servicios, electricidad y agua, se ha agravado en algunas zonas. ¿Y la infraestructura? la verdad es que incluso las cifras dadas por el Ministerio sobre cuantos centros recibieron “gotas de amor”, son muy pocas en comparación con la cantidad de escuelas oficiales,

Añadamos que los maestros, sobre todo, los oficiales, no cuentan con acompañamiento para actualizarse, para enfrentar los problemas que van surgiendo, por ejemplo, los de violencia escolar, incluido el acoso, o la necesidad de trabajar por competencias, el acompañamiento psicoafectivo hoy tan necesario.

¿Cuántos muchachos salieron del sistema escolar? No sabemos. Y es que la falta de datos en este país, para cualquier aspecto de la sociedad, es una gran ausencia. Nos preocupan sobremanera esos que se fueron por falta de interés, por no verle sentido a la educación. A esto se añade el tema de la calidad de la educación.

¿Qué rescatamos? Valoramos a los docentes que perseveran, a pesar de las dificultades y los bajos salarios. Rescatamos los malabarismos que han hecho en bachillerato esos centros donde han renunciado profesores y trabajaron por proyectos, por ejemplo. Valoramos el que muchos docentes estén subsidiando su trabajo en aula porque completan ingresos trabajando en otro turno, a veces en aspectos que no tienen que ver con su profesión, pero les permite continuar en aula.

Reconocemos que hay colegios que monitorean muy bien la asistencia y cuando algún niño falta más de una semana, van a las casas a preguntar qué pasa. Valoramos las iniciativas de formación y actualización que han ofrecido universidades e instituciones, entre ellas Fe y Alegría, que ofreció cada viernes foros chats para docentes, sin importar que fueran o no del movimiento, incluso organizaciones no dedicadas a la educación, como El Pitazo, que también ofreció foros chat para docentes y familias para brindar herramientas para educar.

Rescatamos que la educación se haya vuelto noticia, aunque sea para visibilizar los problemas a través de los medios de comunicación. Periodistas preguntando sobre aspectos concretos, e incluso novedades… Todavía no es suficiente como para decir que hay conciencia de la necesidad de un acuerdo nacional, de todos los actores.

Entre los retos y materias pendientes está la calidad, la medición del impacto educativo. Pendiente la educación ambiental y para la ciudadanía. Retos inmensos como el de recuperar a los que se fueron; seguir exigiendo salarios justos; gran reto también, la formación de la generación de relevo, la actualización masiva de los docentes; y por supuesto, tenemos el gran reto de lograr un acuerdo nacional para salvar la educación.

LUISA PERNALETE / @luisaconpaz

Educadora en zonas populares por más de 40 años. Utiliza el sentido del humor como herramienta pedagógica |

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