La miseria del populismo se articula a lo electoral

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Por: Marcos Hernández López

“La lógica del personalismo hace que los líderes políticos populistas extiendan sus poderes y discrecionalidad …se presentan como redentores de los humildes”

Weyland

Ya no son tiempos del boom petrolero. La actual crisis económica se conecta con la pobreza incontrolada en Venezuela. Este fenómeno es muy tangible, el país vive una especie de deslave social. Desbordada inflación, golpea con mayor intensidad a los sectores más vulnerables, hace que los hogares en condición de pobreza por ingreso se incrementen. Esta situación contrasta con los altos niveles de pobreza que afecta, según datos recientes, a casi el 95% de las familias venezolanas, al tomar el valor de la canasta alimentaria como referencia para los niveles de pobreza.

Cuando Hugo Chávez tomó el poder en 1999 promovió estratégicamente un populismo de izquierda que parecía estar concebido para salvar la democracia venezolana. Por el contrario, provocó la implosión del modelo democrático desde el primer momento cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se apropió de las funciones Asamblea Nacional. 

Portavoces calificados del gobierno en tiempos recientes se adornaron con declaraciones al decir que el país tenía “el récord mundial venciendo la pobreza”. No obstante, emergen los números de la crisis social, el presidente Maduro prometió que la miseria y la pobreza serían historia en 2018. Según datos muy recientes el estudio Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), revela que es todo lo contrario, su gestión lo que ha hecho es aumentar la pobreza y la miseria. Esta realidad se conecta con la desesperanza de muchos venezolanos que sueñan con una mejor calidad de vida.

Si entrelazamos la pobreza, de la política electoral brota el populismo como figura significativa para el presente análisis. Populismo podría resumirse en pocas palabras como: decirle al pueblo lo que el pueblo quiere escuchar, independientemente de la realidad objetiva”. El populismo requiere del pueblo para construir o fortalecer su poder entendiendo al pueblo como las clases sociales baja o estratos sociales D y E sin privilegios económicos y políticos. Estratégicamente, el gobierno se enfoca en la denuncia constante de sus males que representan las clases sociales privilegiadas.

El populismo cuenta con características nuevas dentro del sistema político venezolano. Por ejemplo, las diversas misiones sociales, los Clap, carnet y bonos de la patria evidentemente son prácticas populistas que buscan el apoyo popular para potenciar a la gestión de Maduro conectado al control social y con una mirada directa a lo electoral.


Populismo podría resumirse en pocas palabras como: decirle al pueblo lo que el pueblo quiere escuchar, independientemente de la realidad objetiva”. El populismo requiere del pueblo para construir o fortalecer su poder entendiendo al pueblo como las clases sociales baja o estratos sociales D y E sin privilegios económicos y políticos

Marcos Hernández López

El populismo bolivariano en su recorrido histórico ha transitado por varios niveles hasta llegar a un neopopulismo tan ineficiente como en sus prácticas iniciales. Por ejemplo, hasta Maduro en sus pocas y lúcidas narrativas públicas la valora e interpela como negativa: “El asistencialismo es una concepción populista burguesa de la política, las misiones tienen que ir a liberar al ser humano, a través de la educación, cultura, el hábitat y las condiciones materiales de vida empoderarlo, darle el poder social, económico, político”. Reconoce el error que se ha cometido y que algunas misiones cayeron en manos de la burocracia y la corrupción.

El tema del populismo tiene una significación cuando los gobernantes de turno les quitan la autoridad a las instituciones para “devolverle el poder al pueblo”, como a menudo lo dicen. En la acción están consolidando ese poder para ellos. Lo grave, el concepto de populismo es tan complejo que incluso los especialistas del tema lo han visto como una especie de nacionalismo cuyo rasgo distintivo es la equiparación del país con la gente, pareciendo este último al universo social integrado por las personas. El nacionalismo inducido por el gobierno agota sus esfuerzos en dar la sensación de unión con el pueblo, teniendo como los protagonistas a los excluidos, es decir, en nombre de estas personas es que Maduro se erige en su imaginación como el defensor de los intereses nacionales frente a las agresiones que traen implícitas las sanciones económicas del imperio yanqui y sus aliados. 

En este momento electoral queda develado que el gobierno central rápidamente recurre continuamente a la miseria del populismo por su desesperación ante los números que arrojan todas las encuestas nacionales, incluso la pro gobierno. El populismo oficialista solo busca influir en las emociones de los votantes chavistas, 40% ya no cree ciegamente en la revolución, el populismo del gobierno de Maduro apunta solo a la captación de votos sin importarle sus efectos o daños primarios y secundarios que puedan causarle al país.


MARCOS HERNÁNDEZ LÓPEZ | @Hercon44

Es sociólogo, docente universitario | PhD Gestión de Procesos | CEO Consultora Estudios de Opinión

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