Por Marco Hernández*
Esta semana que transcurre ha sido particularmente tensa. Desde el mismo inicio comenzaron fuertes rumores de un levantamiento militar, y por supuesto, no faltaron las fake cadenas. El martes en la tarde una fuente militar me confirmó: “Hemos extirpado y neutralizado toda tentativa de sublevación al interior de la FANB”. Claro, su voz no sonaba eufórica, ni a victoria definitiva. Sino más bien de quien intenta convencerse así mismo de algo sobre lo que no hay dudas. Incluso más adelante me dijo: “Por ahora, porque el descontento en la FANB es generalizado, y nada tiene que ver con la oposición, sino que les asquea todo lo que ven y viven en el país».
El miércoles todo quedó confirmado, al menos lo que me aseguró la fuente el día anterior, cuando Jorge Rodríguez, anunciaba con bombos y platillos el aplastamiento de un mega plan conspirativo para derrocar y hasta dar muerte a Maduro y otros hombres de la cúpula que ha llevado a la destrucción del país.
La euforia forzada de Jorge Rodríguez, contrastaba con la de mi fuente. Quizás porque este general amigo está consciente que este nuevo intento de derrocar a Maduro, es una muestra inequívoca que la FANB se está convirtiendo en una institución ingobernable, donde Maduro tiene un rechazo total. Que cada vez son más los grupos que conspiran contra el gobierno, como se dice coloquialmente, el cuarto está haciendo agua.
Esto coincide con otra fuente castrense que me dijo que escuchó a Maduro decir: “ Nosotros no le tenemos miedo a una intervención militar extranjera. Si eso llegara a ocurrir tenemos claro lo que vamos hacer, pelearemos y resistiremos. Pero un golpe militar de los traidores nos dejaría sin opción.
Hasta ahora en estos levantamientos ocurre, que los que se han atrevido, muerden el peine de los agentes cubanos infiltrados en los componentes militares, que cuando tienen información, de éste o aquel oficial, suboficial y hasta tropas están hablando mal de Maduro, envían altos oficiales que se hacen pasar por conspiradores y logran infiltrarse para terminar con aparentes victorias para el gobierno. Aunque estos operativos de inteligencia no espantan los temores de Maduro de sentirse cada día sin el apoyo de la única fuerza que lo mantiene en el poder.
No obstante, ese es el karma de Maduro. Que no lo deja conciliar el sueño. Porque cada día el descontento en la FANB aumenta y hace más posible un golpe de Estado. Por eso el ensañamiento contra los militares que han manifestado criticas a su gobierno, como el caso del M/G Miguel Rodríguez Torres, que tiene más de 60 días desaparecido, sin visitas, ni atención médica ni legal, ni ningún tipo de información de su estado físico y pese a que sus familiares piden una fe de vida. Lo mismo sucede con el G/J Raúl Isaías Baduel, recientemente acusado por su supuesta participación conspirativa por Jorge Rodríguez.
Y es que Maduro y su cúpula pareciera que están seguros que mientras los cubanos sean sus principales asesores en lo que se refiere a la FANB y los levantamientos militares no sean articulados, ni dirigidos por un oficial de ascendencia y liderazgo en todos los componentes, incluso nacional, será más difícil un levantamiento exitoso.
Los siguientes casos dan muestra de ello: Asalto a la 41 Brigada Blindada de Valencia en 2017, que dejó dos muertos y la posterior captura del líder de la operación José Caraguipano. La rebelión de Oscar Pérez en 2017, quien luego fue masacrado junto a su grupo en marzo de 2018. El levantamiento de Cotiza en enero de 2019 y los intentos fallidos de Juan Guaidó en febrero con la Ayuda Humanitaria y el fracasado golpe del 30 de abril.
Finalmente hacemos dos reflexiones: ¿hasta cuándo el gobierno de Maduro podrá detener las embestidas militar que va en ascenso y cada vez están más y más cerca de Miraflores? ¿Será que se cumple el adagio popular: Tanto da la gota al cántaro hasta que lo rompe?
*Director de la ong Periodistas por la Verdad
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