Por: Marcos Hernández López
Toda campaña electoral siempre tendrá un desafío: ganar. En este momento electoral la brecha y la abstención son los temas fuertes o, mejor dicho, son los desafíos que deben resolver todos los jefes de campaña de las diversas alianzas que aspiran a curules en la nueva Asamblea Nacional.
Hay dos interpretaciones sobre la abstención en las elecciones en países democráticos. La primera es que la política tiene su propia dinámica, las cosas van relativamente bien, no hay miedos y, como consecuencia, no hay por qué ir a votar. La otra interpretación es menos optimista. Cuando los ciudadanos no acuden a votar es porque no se espera mucho de la política, no creen en los políticos y que acudir a las urnas no cambia nada. En el caso concreto, en Venezuela la abstención es potenciada porque la mayoría no cree en el evento electoral 6D ni la política en general; existe otra prioridad en este momento histórico: sobrevivir. Además, las personas tienen la sensación de que votar no repercute en sus intereses, en sus ideas o en su concepto de la vida pública.
Moviéndonos en una realidad concreta, con la intención de voto oscilando entre 25% y 35% se visualiza un escenario electoral complejo, intervienen dinámicas variables desmovilizadoras al voto y nudos críticos en confiabilidad y competitividad. Los niveles de aprobación de Maduro se ubican en 14,5%, en medio de una pandemia y un verdadero colapso económico que sufre el país que incluye una espiral hiperinflacionaria y crecientes niveles de pobreza general.
La desconfianza en la autoridad electoral CNE y la disminuida popularidad de los candidatos oficialistas y opositores son factores que debilitan la motivación entre quienes rechazan a Maduro y que, si optan finalmente por dejar de votar, terminarán ayudando al gobierno. Una revolución en decadencia apunta a triunfar y retomar el parlamento nacional. La oposición que está involucrada en el proceso electoral es más optimista, cree que el lanzamiento oficial de la campaña electoral podría motivar a un grupo significativo de venezolanos, cansados de la crisis, a votar por cualquier opción que enfrente a Maduro. Pero los escépticos insisten en que el CNE está bajo la influencia del partido gobernante y es probable que altere los resultados de la votación si no lo beneficia. También, muchos han acusado a algunos dirigentes y líderes de la oposición de ofrecer demasiadas concesiones al gobierno y, en ciertos casos, creen que algunos líderes políticos han asumido la candidatura a diputado para resaltar las divisiones en la oposición y favorecer el objetivo de Maduro, ganar la Asamblea Nacional.
en Venezuela la abstención es potenciada porque la mayoría no cree en el evento electoral 6D, la política en general, existe otra prioridad en este momento histórico: sobrevivir
Marcos Hernández López
Según nuestras investigaciones electorales, los venezolanos por ahora se han quedado sin alternativas en sus esfuerzos por escapar del autoritarismo del proyecto revolucionario bolivariano. El G4 ha intentado todo lo ya conocido para restaurar la democracia, quedando todo en intentonas fallidas. Cada día que pasa, el Gobierno se vuelve más autoritario. La invitación a la abstención tiene sus fundamentos, es una farsa desde el punto de vista competitivo. Todo mundo lo sabe. Las reglas, favorecen a Maduro.
En nuestras encuestas también se revela que el 40% de la gente piensa que la grave crisis económica derrocará Maduro; sin embargo, los gobiernos autoritarios rara vez son desmontados ante la presión económica. De hecho, muchos tienden a sobrevivir a la recesión económica y la usan como bandera y excusa para ser todavía más represivos, en América Latina: Cuba. El gobierno de Nicolás Maduro ha sobrevivido cinco años de contracción bajo sanciones económicas cada vez mayores.
En síntesis, en la medida que se profundicen las sanciones y la presión internacional siga criminalizando a la alta dirigencia chavista, Maduro se radicalizará más e imposibilitará cualquier escenario de cambio democrático. Se sabe que el Gobierno es minoría, impopular, Maduro tiene un rechazo 82.5%. Pareciera inevitable la consolidación del oficialismo en los poderes del Estado, una vez que, con una alta abstención el 6 de diciembre, logre la mayoría de curules del único poder público que no controla, comenzará a poner todas las reglas del juego en el tablero político nacional e internacional a partir 6 de enero 2021. La Unión Europea sigue dialogando discretamente con el gobierno y oposición, el desafío último sería en desmontar las sanciones y los actores internacionales reconfiguren sus posturas garanticen la apertura con Venezuela, se podría estar generando la posibilidad de un escenario democrático y electoral.
MARCOS HERNÁNDEZ LÓPEZ | @Hercon44
Sociólogo, docente universitario | PhD Gestión de Procesos | CEO Consultora Estudios de Opinión