Por Odalin Martin
En nuestra cartelera de cine ya podemos ver la nueva entrega de la saga Terminator, Dark Fate o Destino Oscuro en español. Una película que se estrenó en octubre del año pasado en gran parte del mundo.
Esta icónica franquicia que está con nosotros desde mediados de los 80 quiere mantenerse en vigencia con argumentos del pasado, reescribiendo lo que hicieron en cintas anteriores y posiblemente, dañando un poco más a los personajes legendarios de la saga.
Terminator: Dark Fate es uno de los últimos vestigios de 20th Century Fox como empresa productora y distribuidora de películas e intenta con todas las fuerzas revivir una historia y unos personajes que es mejor ir dejando ya en el pasado.
Dark Fate sigue la historia de Grace (Mackenzie Davis), una chica modificada genéticamente, y Dani (Natalia Reyes) la que pone en riesgo todo el futuro – básicamente una historia reciclada – por supuesto; tenemos a Sarah Connor (Linda Hamilton) como una señora ya en la tercera edad, pero manteniendo su fuerza y determinación; y cómo no, Arnold Schwarzenegger regresa al papel con el que tantas personas lo identifican para ayudar contra un malvado Terminator – otra vez -.
Lo más decepcionante de esta película no es ni siquiera que su argumento sea reciclado sino que nos hacen olvidarnos de las tres películas anteriores y esta sirve –de una manera particularmente extraña– de secuela para la segunda cinta Judgment Day.
Otro de los aspectos que nos hacen gritar “¿Por quéeeee?” es el terrible guion, con diálogos sin fuerza, desarrollos mal elaborados, plot twist súper predecibles, despedidas que ya han pasado… entre otras cosas.
Si pudiera rescatar algo de esta cinta es el CGI y los efectos especiales que a pesar de no ser los mejores en la actualidad fueron sólidos y consistentes durante las dos horas de duración.
Cuando se trata de películas que ya forman parte de la cultura pop mundial es muy difícil hacer que vuelvan a funcionar, sobre todo si seguimos usando los personajes de hace más de 30 años para lograr un mismo cometido.
Por otro lado, el feminismo se hace presente en esta franquicia y a pesar de que no es tan brusco o mal llevado como lo fue en otras películas de 2019, sí podemos decir que se sintió innecesario, forzado y nada sólido en algunas circunstancias.
Con los clásicos de los 80 y 90 como Terminator debemos pensar si realmente es necesario revivirlos, incluso haciendo un reboot total de la franquicia, pues siempre tendrá la impronta de las primeras y maravillosas entregas. A veces, es mejor dejarlas en el pasado o utilizarlas como ejemplo para nuevos productos.