Geopolítica mundial versus investigación cooperativa

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Por: Paulino Betancourt

Investigadores del mundo y de las Naciones Unidas han enfatizado el papel primordial que desempeña la ciencia colaborativa para resolver desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y las pandemias. El surgimiento de nuevos países como potencias científicas está ayudando a impulsar este tipo de investigación cooperativa global. Por ejemplo, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica formaron una red de investigación sobre la tuberculosis en 2017, logrando avances significativos en la investigación básica y aplicada para tratar la enfermedad.

Sin embargo, en los últimos años, las crecientes tensiones entre las superpotencias, el aumento del nacionalismo, la pandemia de la Covid-19 y la guerra en Ucrania, han contribuido a que las naciones se comporten de manera más desconfiada. Como resultado, cada vez es más difícil para los investigadores colaboren con académicos de otras naciones. El cese casi global de la cooperación con académicos rusos, van desde la investigación en humanidades hasta la ciencia del clima en el Ártico, siendo este un ejemplo de cómo la ciencia es víctima de la política internacional. La colaboración científica entre China y EE. UU. también se está desmoronando en áreas como la microelectrónica y la computación cuántica, debido a preocupaciones de seguridad nacional. Pero reducir o detener la investigación internacional conlleva sus propios riesgos, ralentiza la producción de conocimientos necesarios para abordar problemas globales a largo plazo y reduce el potencial de colaboración científica futura.

Muchos investigadores han expresado su preocupación por las rivalidades geopolíticas que están restringiendo la colaboración internacional en investigación, en el momento en que el mundo más lo necesita. Existe un gran riesgo de que aumenten aún más los impedimentos en la colaboración científica internacional, perjudicando el intercambio de datos, la calidad de la investigación y la capacidad de difundir resultados que contribuyan a resolver problemas. El desarrollo de la capacidad científica en muchas partes del mundo y la construcción de lazos académicos es fundamental, cuanto más países compartan datos y coordinen las respuestas, más fácil debería ser el contener las amenazas globales.

En términos generales, EE. UU. y la Unión Europea enmarcan la pérdida de liderazgo científico y tecnológico no solo por una disminución de las oportunidades económicas, sino también como una amenaza a los valores fundamentales de la democracia, la competencia de libre mercado y el estado de derecho.

En mayo de 2022, el Secretario de Estado de los EE. UU., Antony Blinken, dijo: “China es el único país que tiene la intención de remodelar el orden internacional y, cada vez más, cuenta con el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo. La visión de Beijing nos alejaría de los valores universales que han sustentado gran parte del progreso mundial durante los últimos 75 años”.

El ascenso de China en ciencia y tecnología se ha dado a pesar de las severas sanciones. En los EE. UU, el gobierno tomó medidas importantes para tratar de limitar el progreso científico y la influencia internacional de China. En 2018, EE. UU. lanzó un programa antiespionaje a gran escala denominado: La Iniciativa China. Motivado a ello, el FBI investigó ampliamente los vínculos entre Norteamérica y China dentro de los sectores corporativos y académicos, sin encontrar ningún espía chino. Pero tres académicos norteamericanos fueron llevados a juicio por no revelar sus vínculos de investigación con este país. La administración de Biden canceló oficialmente La Iniciativa en febrero de 2022.

Por su parte, China también está utilizando la ciencia y la tecnología para servir a sus intereses nacionales. El gobierno ha impulsado explícitamente la idea de que la investigación debe servir principalmente a las necesidades nacionales y los académicos chinos están cada vez más bajo el control político. Por ejemplo, en 2021 había 18 centros de investigación dedicados a estudiar y promover las ideas de Xi Jinping sobre asuntos como el estado de derecho, la economía y el desarrollo verde.

A medida que nos enfrentamos a graves incendios, devastadoras tormentas, cientos de fallecidos por los aumentos de la temperatura y pérdidas de cosechas a nivel mundial, será cada vez más importante que los investigadores construyan relaciones internacionales que sean recíprocas, transparentes y equitativas para salvar a la humanidad.


PAULINO BETANCOURT | @p_betanco

Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat

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