Fórmula infalible para cancelar democracias

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Comunicación en Gotas


Por: María Eugenia Fuenmayor

«La dictadura es el sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio».

Enrique Jardiel Poncela / Escritor español

La Unidad de Inteligencia de The Economist mide el índice de Democracia y clasifica cuatro grandes rangos de países según su nivel democrático: 1. Democracias Plenas. Solo hay 20 países entre los que se cuentan: Islandia, Suecia, Nueva Zelanda, Canadá, entre otros.

2. Democracias imperfectas.  Hay 54, entre ellos Corea del Sur, Japón, Chile, Estados Unidos y Cabo Verde.

3. Regímenes híbridos. 38, como  El Salvador, Bolivia, Tanzania, Zambia y Haití.

4. Regímenes autoritarios. Son 53: Corea del Norte, El Congo, Siria; Zimbabue, Ruanda. Latinoamérica cuenta con los infaltables Cuba, Nicaragua y Venezuela, liderados por China y Rusia, principales propagadores del virus antidemocrático.

Menos de la quinta parte de la humanidad conoce la libertad. A nosotros nos ha tocado probar in situ esta lamentable receta, alineados con la 4/5 partes del planeta. A continuación la fórmula que no falla:

1. Desde antes de acceder al poder, despotrique de las empresas productivas; compre sindicatos a cualquier precio para asegurar su mensaje; haga lo mismo con las instituciones del Estado, eso es clave para poder llegar «cortando rabo y oreja» y así contar con una opinión pública totalmente manipulada favorablemente a su agenda de desmontaje de libertades.

Tatúe en la mente del colectivo que usted es el único que se ocupa de los trabajadores y de los pobres, y que todos los demás son sus enemigos. Procure el servilismo y la incivilidad a cualquier precio.

  • 2. Cacaree, cada vez que tenga la ocasión, que el ascenso al poder se logró por la vía electoral y, de paso, mientras más elecciones haga, más creará la sensación de que su país es adalid de la democracia, que allí todos aman las elecciones (que usted alterará siempre a su conveniencia).

Daniel Ortega, hace apenas unos días, se ha encargado de confirmarnos la efectividad de este ingrediente. No olvide que la reelección indefinida es también componente central de la receta, que sirve además para anular el desagradable sabor de la alternancia que atenta contra el tiempo y las oportunidades para consolidar su hegemonía y sus negocios asociados.

  • 3. Elimine los medios informativos que le sean incómodos y solo quédese con aquellos que digan exclusivamente lo que usted quiera. Eso de la libertad de expresión puede arruinar la receta entera.
  • Sólo enfóquese en una estrategia de marketing y comunicación fundada en promesas. De cualquier modo, usted sabe que no tiene ni la más remota idea de cómo hacer para que el país progrese y los ciudadanos sean individuos prósperos, así que céntrese en crear expectativas, en hacer promesas; eso es lo esencial.

Tenga claro que lo más importante es la disciplina comunicacional de toda su banda. Asegúrese de que se trate de un guion único. Resulta totalmente irrelevante si su mensaje está fundado o no en base cierta. Basta con entrenarse bien en un solo discurso y asegurar siempre intercalar etiquetas que destruyan la moral de todo el que no esté con usted.

  • 4. Exacerbe los principales resentimientos que, gracias a su gran habilidad para la  manipulación de masas, le serán indispensables para su propósito. Recuerde siempre aprovecharse de la ignorancia colectiva y así  inyectar dosis ingentes de ilusiones y sueños que jamás se harán realidad, pero hágalo con esmero comunicacional. Es vital que así sea, porque recuerde que está vendiendo quimeras.
  • 5. El enemigo interno y el externo son su oxígeno. Estos dos ingredientes son indispensables y no tenerlos compromete todo el proyecto. Empiece por los «mangos bajitos», es decir, los gringos; de cualquier modo ya ellos perdieron la habilidad de defenderse a sí mismos, por lo que mucho menos van a salir en defensa de democracias moribundas.
  • 6. Si alguno de sus principales cómplices cae en desgracia porque es descubierto internacionalmente y se comprueban sus fechorías, no se preocupe: consígase a algún defensor de criminales que tenga una red amplia de relaciones en el mundo y a un experto en opinión pública y entre ambos le arman un buen caso que lleve a su cómplice a ser percibido como víctima.

Organice protestas y distribuya afiches y franelas (material POP) en las principales ciudades del mundo y, por supuesto, localmente. Esta es la forma más efectiva para neutralizar el «taparazo» que supone que la corrupción que sustenta su proyecto se ventile a la luz pública.

Nos quedan pendientes otros ingredientes de esta receta, que daremos a conocer en otra entrega. Mientras tanto, si algún prototirano está interesado en formas rápidas y eficientes de destrucción de la educación, la ciudadanía, la libertad y la prosperidad, aquí tiene una buena guía preliminar para comenzar su proyecto y sumar su población a los más de 90 países cuya gente vive sin perspectivas de un mejor futuro.

MARÍA EUGENIA FUENMAYOR | @mefcal

Experta en mercadeo, comunicaciones y reputación. Directora ejecutiva de Interalianza Consultores.

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