“Ahí hay un divorcio muy difícil de enmendar, Erika y yo vamos por caminos distintos”, dijo Luis Chataing hace unos días en el show EntreGrados otro de esos productos digitales de la cultura venezolana en internet. Luis Chataing, el reconocido presentador y comediante, respondió así a la pregunta de Miguel Ángel Redondo después de varios tragos de la bebida predilecta de los hijos de una época: un whisky bien servido
Por: Leonor Carolina Suárez
YouTube y Spotify, Instagram o TikTok. Las plataformas son los nuevos escenarios y cabinas de estos tiempos, pero tienen una relevancia particular para la diáspora venezolana. La cotidianidad de la farándula de antes y de hoy vive y se desarrolla en las redes sociales. Allí han ido a parar la nostalgia y la novedad de la venezolanidad.
Allá están Erika De La Vega y Luis Chataing conviviendo, pero no juntos. Menos revueltos. La reinvención de Érika y el desconcierto de Luis sobre sus razones son el reflejo de una generación. Sus divorcios también. El de Érika y esposo, el empresario Jesús Torres; y el que aquí nos atañe: el de Érika y Chataing.
“Ahí hay un divorcio muy difícil de enmendar, Erika y yo vamos por caminos distintos”, dijo Luis Chataing hace unos días en el show EntreGrados, otro de esos productos digitales de la cultura venezolana en internet. Luis Chataing, el reconocido presentador y comediante, respondió así a la pregunta de Miguel Ángel Redondo después de varios tragos de la bebida predilecta de los hijos de una época: un whisky bien servido. El formato del programa consiste en que el presentador/comediante haga preguntas incómodas al entrevistado mientras ambos se emborrachan juntos frente a una audiencia igual de intoxicada (digno de otro análisis).
La confesión llega unos meses después de la última aparición de la explosiva pareja de los medios venezolanos. Fue en el mismo show, EntreGrados. Allí, ambos explicaron que su ruptura comenzó cuando Érika dejó pasar la oportunidad de regresar a Ni Tan Tarde, el programa de TV que compartieron en Venezuela, para emprender su proyecto en solitario, el late-night show Érika Tipo 11. “Luis era el creativo en nuestra relación y yo era la que desempeñaba”. Roles claros, pues.
Según Érika, es allí –en solitario–, donde comienza a probar sus propias ideas y a coquetear con el humor con ángulo femenino. Emigrar –años más tarde– marcó el inicio de su gran reinvención. Una que ha quedado retratada en su podcast En Defensa Propia, un espacio de reflexiones y conversaciones con perspectiva de género que a juzgar por su éxito ha acompañado también la transformación de miles de mujeres.
Menos de diez minutos después del anuncio de divorcio en el EP #144 de EntreGrados de esta semana, Miguel Ángel volvió a sondear (¿el humor?) de Luis Chataing a través de un juego. La dinámica “Coger, casar y matar”, y tres personajes sobre las que recaería la respuesta: Erika de la Vega, Ana María Simon y Jean Mary Curro. Reconocidas presentadoras y comediantes que iniciaron sus carreras junto a Chataing.
La respuesta casi inmediata fue: “¿No puedo decir que me las cojo a las tres?”. Para luego afincar sus comentarios/bromas en su excompañera de Ni Tan Tarde: “Hay una fantasía muy grande de la gente que yo me coja a Érika”, para luego rematar: “Erika no quería probar, pero igual me la cojo”. Explosión de risas.
Yo veía con asombro la pantalla mientras recordaba y revisaba la carrera de Érika junto a Chataing. Ambos llegaron a tener estatus de rockstars durante el cambio de milenio en Venezuela. Ella, la rubia –nunca más fue tan rubia como los años de Ni Tan Tarde– fue desarrollando su voz junto a la mente sagaz y personalidad avasallante de Luis Chataing.
¿No hubo manera de dar una respuesta que fuese graciosa sin caer en algo tan políticamente incorrecto? (Y no me refiero a la política de partidos) ¿Una broma de este calibre tras una ruptura reciente es solo un chiste? El presentador acabó con la escena saltando a la siguiente pregunta.
La irreverencia de Érika y Luis frente a dinámicas sociales y políticas de finales de los noventa e inicios de los dosmil era refrescante y necesaria. El talento de Chataing, presentador y creador del icónico programa de radio El Monstruo de la Mañana, es innegable. Pero con frecuencia la puesta en escena de ese talento estaba salpicada de gestos que ahora podemos identificar muy bien: sexismo, machismo, mansplaining, y otros. Él es hijo de sus tiempos y reflejo de una sociedad plagada de esos mismos males.
Vista hoy, aquella chispa que nos seducía explica al menos en parte por qué ella –como tantas mujeres de su generación– están cansadas y necesitaban tomar distancia, redescubrirse, mostrarse (pregúntenle al fotógrafo Orangután), gritar… y lo han hecho En Defensa Propia.
El divorcio entre Érika y el empresario Jesús Torres se conoció en el programa Despierta América en abril de 2021. El de Chataing fue comunicado por él hace apenas unos días en show en el que también dijo: “me la cojo” al menos tres veces. ¿Fue un chiste?, un mal chiste a mi juicio.
Luis Chataing parece estar anclado no solo en la nostalgia como muchos venezolanos, sino en las hoy cuestionadas dinámicas de género que sirvieron entonces de amalgama entre él y su excompañera. Toca ahora a Chataing y a quienes encuentren en él un reflejo, seguirle el paso a una generación de mujeres que busca reinventarse, redefinir sus realidades y facturar. Tal vez así puedan ambos crear y convivir en la escena y reír de nuevo, esta vez en otros términos.
LEONOR CAROLINA SUÁREZ / Twiter: @LeonorSuarez / Instagram: leocarosuarez
Abogada. Licenciada Cum Laude en Derecho de la UCAB y máster en Comunicaciones de University of Florida. Cuenta con más de diez años de experiencia en periodismo digital y producción audiovisual.
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