¿Eres adicto a los videojuegos?

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ANALÍTICA


Por: Heberto Alvarado Vallejo

Comenzaré con un dato no menor: Los videojuegos nos acompañan desde hace 50 años. Con la llegada de las históricas consolas Magnavox Odyssey, a principios de los años 70, varias generaciones de seres humanos se han acostumbrado a este tipo de entretenimiento, el cual ha crecido de forma asombrosa.

Son cuatro las generaciones que se han visto impactadas por el entretenimiento lúdico digital. Un punto realmente importante y que describe el porqué la sociedad podría estar alimentando un vicio que ya comienza a cobrarnos la factura.

Y es que los videojuegos se transformaron en una cultura, una forma de vida para algunos, un negocio para otros y desgraciadamente una adicción para un grupo considerable de personas que podrían tener actitudes y conductas propias de una patología.

¿Los videojuegos pueden generar adicción? ¿Es culpa de la industria del entretenimiento lúdico? ¿Es culpa de toda la sociedad? ¿La indiferencia propició el problema?

Abundan los estudios que demuestran que los videojuegos generan adicciones, tal y como las genera el tabaco, el alcohol, el sexo. La causa de cada una de estas adicciones son exactamente las mismas: un exceso, una búsqueda insaciable de satisfacción, de placer que nunca es suficiente.

Por ello, acusar a la industria de videojuegos de ser promotoras de este tipo de adicciones es mezquino. Tratar de tapar el sol con un dedo solo oculta la verdad y evita que el ciudadano profundice en los porqués y busque una solución.

Este comentario y este artículo se crean a partir de una debacle financiera que ocurrió a principios de semana en la bolsa de Hong Kong. El gigante chino Tencent, el mayor fabricante mundial de videojuegos, perdió cerca del 6% de su valor comercial por un artículo que el diario Economic Information Daily publicó en el cual se estimó que los videojuegos se habían convertido en «un opio mental».

En el texto se exhortaba a Tencent a hacer gestiones para frenar la indetenible adicción de millones de jóvenes, en especial, los 100 millones que juegan “Honor of King” en China.

¿Pero es culpa de Tencent que existan estas adicciones? Responsablemente creo que No.

Si bien una empresa quiere que sus productos tengan éxito comercial, no tienen la potestad de obligar a nadie a comprar o a jugar de forma excesiva.

Esa es una responsabilidad individual en los adultos y de la familia en el caso de los niños y adolescentes.

Alrededor de los videojuegos se consolidó una industria poderosa, que movió, sólo en 2020 unos  177 mil 869,12 millones de dólares en ingresos. Más que la industria del Cine y la Música juntas.

Todo un portento económico, que sin embargo, creció con enormes vacíos sobre las consecuencias negativas que podría traer para los “gamers” pasar demasiado tiempo conectado a un videojuego.

Vacíos que en Venezuela en particular tienen dimensiones enormes. En nuestro país  existe desconocimiento sobre las adicciones que pueden generarse con el exceso de entretenimiento lúdico digital. También se ignora, en el seno de la familia, sobre las clasificaciones de los contenidos. Algunos concebidos para adultos y que son jugados por menores de 15 años, pero claro está este tema lo tocaremos a profundidad en otra oportunidad.

Por lo pronto conviene apuntar que la principal responsable del crecimiento de la adicción a los videojuegos es la ignorancia de la familia y la falta de conciencia colectiva sobre los riesgos de esta adicción en toda la sociedad.

La tormenta perfecta

El siglo XXI, pero en especial esta última década, ha sido especialmente importante para el crecimiento de la industria de los videojuegos, con todas sus virtudes y defectos. La era digital, la evolución de internet, de los celulares, las computadoras y las consolas, han masificado este tipo de entretenimiento.

Su impetuoso crecimiento, vino acompañado de la desmedida sensación de reconocimiento de los más jóvenes y el frenético y excesivo uso de los celulares, las computadoras y las consolas.

Si a estas tendencias le agregamos el confinamiento por la actual pandemia, sin dudas, veremos a un monstruo de 7 cabezas que está afectando física y psicológicamente a los más jóvenes.

Actualmente unos 3 mil millones de seres humanos juegan videojuegos. De este total, más de la mitad juega en smartphone y casi la totalidad lo hace por lo menos en dos o tres dispositivos: PC, celulares o consolas.

El mundo digital, que ha crecido de forma vertiginosa, no ha dado tiempo a la sociedad de analizar y revisar con detalle las fallas que podrían generarse en el uso excesivo de tantos recursos digitales. 

Y allí entran los videojuegos, uno de los baluartes de la era digital y desde mi opinión la industria que más se ha desarrollado con la evolución de internet y la movilidad.

Al haber diversas opciones para conectarse y jugar, alimentamos la sensación de satisfacción del adicto y habilitamos que los más pequeños entren, sin control en un mundo irreal, cargado de retos, competencia, recompensas y mucha satisfacción personal.

Cómo se detecta la adicción

En internet se han escrito diversos artículos que atienden este tema. Muchos de los articulistas, médicos reconocidos, concuerdan con algunas variables muy comunes entre todos los adictos a los videojuegos, sin importar la edad.

Para ellos, los adictos a los videos son personas que reniegan de la actividad física. No encuentran satisfacción en el esfuerzo corporal, en el ejercicio. En su mundo ideal, todos los logros se consiguen con un mando, un teclado o al tocar una pantalla.

También son poco amigos de la socialización. Prefieren tener amigos en línea, con los cuales pueden alcanzar objetivos fantásticos, vivir una vida digital perfecta, muy alejada de la aburrida o competitiva vida real con la cual deben lidiar. 

En la película Real Player One de Steven Spielberg, se describe perfectamente esta apreciación de la realidad de los adictos a los videojuegos. Recomiendo verla.

Cómo evitar la adicción

Control y compenetración. En el caso de los menores, el grupo generación más vulnerable a iniciar una adicción a los videojuegos, los padres deben tener un rol fundamental. 

Ningún videojuego está por encima de los deberes, tanto escolares, como los del hogar e incluso el entretenimiento real, en contacto con la naturaleza y el entorno.

La familia debe estimular la práctica deportiva, cualquier deporte, sin importar cuál, es fundamental para que los menores entiendan que el triunfo se consigue a base de sacrificio, esfuerzo, concentración y trabajo.

Es esencial que entiendan que en la vida real la satisfacción por victorias se logran luego de varias de derrotas. No se consiguen cambiando de nivel.

Recomiendo que el entretenimiento con videojuegos no ocupe más de 4 horas a la semana. Dicho tiempo no debe ser acumulativo. Una hora interdiaria es una buena distribución. Eso sí, primero deben cumplirse todas las actividades y deberes.

Finalmente, recomiendo a los padres entender que al entregarle a los hijos, celulares, computadoras, consolas, tabletas estamos entregando un dispositivo que conlleva una responsabilidad y una puerta de entrada a muchos riesgos, incluida la adicción a los videojuegos. Por eso es importante que los padres sean los primeros en tomar conciencia de los riesgos.

Si no existe control, sin dudas, se propiciará una adicción.

La ignorancia y la indiferencia

Si de encontrar culpables a la adicción a los videojuegos se trata debemos hacer una mea culpa. Si la ignorancia de padres y representantes imperó a la hora de conocer los riesgos detrás de los videojuegos, es necesario involucrarse en la materia, informarse y tomar las riendas del asunto. Entender que en esta era digital, abundan los riesgos que pueden afectar a sus hijos, es el primer paso para propiciar el cambio.

Si por el contrario es la indiferencia la que impera, lejos estará la familia de evitar el riesgo de tener hijos adictos a los videojuegos con todos los problemas conductuales y físicos que esta patología propicia.


HEBERTO ALVARADO | @Heberto74 @Hormigadigital

Periodista, director de Hormigatv.com.

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